El día en que Chávez asumió el narcotráfico como política secreta de estado. Ficción enlodada por hechos documentados en la prensa y por familiares del actual presidente esperando sentencia por narcotraficantes en Nueva York.

En la media noche el último día de Febrero del bisiesto año 2008 un drone cruza la frontera sur de Colombia y se desplaza sigiloso en territorio ecuatoriano para confirmar con su ojo milimétrico lo que la triangulación satelital de las llamadas de Raúl Reyes habían ya puesto en evidencia: la ubicación de su campamento. No había ordenes de disparar para el drone, solo utilizar sus sensores térmicos y cámaras para proveer las coordenadas al ejercito colombiano para una operación quirúrgica de entrada al territorio de otro país, atacar y replegarse en pocas horas. A comienzos del primer día de Marzo la aviación comenzó el bombardeo del campamento y a los alrededores los soldados del ejercito comenzaron a avanzar sorteando las minas sembradas en la periferia. Después de la confusión de gritos, disparos y bombas el saldo fue de 17 guerrilleros muertos o ajusticiados in situ, entre ellos Raúl Reyes, un soldado muerto y tres guerrilleras atrapadas heridas. El repliegue fue tan rápido como la operación recorriendo los casi dos kilómetros hasta la frontera antes de aparecerse los helicópteros ecuatorianos. El trofeo para Uribe, el cadáver de Raúl Reyes y la información que mantenía en su computadora y en sus teléfonos satelitales.

En La Casona la línea roja repicaba en la madrugada del mismo día.

• ¡Mi comandante, es Piedad!
• ¡Piedad, cuéntame, qué es tan urgente!
• Mi comandante, ¡Mataron a Raúl!
• ¿A Raúl Castro? ¿Cómo es posible semejante barbaridad?
• ¡No, a Raúl Reyes!
• Pero bueno, ¿Si no lo tenia cobijado el hermano Correa?
• Si, pero parece que la cobija no le llegó hasta los pies.

En seguida un Chávez enfurecido comenzó a lanzar maldiciones y pestes contra el presidente Uribe y también contra el jefe del ejercito colombiano, Juan Manuel Santos, a quien, en un futuro no muy lejano, tendría abrazar y llamarlo “hermano” con los cachetes a reventar por la disimulada sonrisa y las muelas crujiéndole en los adentros.

Para nadie era un secreto la simpatía entre Chávez con las FARC. Su sueño era crear un grupo de insurgentes que conquistara por la vía de las armas a todos los países desde La Patagonia hasta la frontera con los Estados Unidos para darles la gran batalla algún día. Tal y como lo decían sus mas descerebrados seguidores, se creía intergaláctico y si el mismo papa Dios se oponía a sus propósitos tan bien recibiría su ración de plomo. A los rebeldes urbanos venezolanos no les tenia el mas mínimo de confianza dado que las armas que se les habían, pistolas, fusiles automáticos y granadas, entregadas con su autorización terminaron en manos de delincuentes comunes, presta para el robo, el sicariato, el secuestro y la venganza personal. Las FARC se le habían ofrecido para ser punta de lanza de su ejercito soñado . El único obstáculo moral para entonces era que la guerrilla colombiana se sustentaba principalmente del trafico y la venta de drogas, dado que la industria del secuestro y de la vacuna habían mermado por el cierre de fincas en las zonas de conflicto colombianas y venezolanas. Por otra parte, no todos los militares venezolanos estaban a favor de este encariñamiento con las FARC dado que muchos soldados venezolanos habían sido victimas de la saña de la vecina guerrilla.

Pero la voz del diablo siempre le repicaba al oído – ¡Pero bueno mulato, tu lo tienes todo, puertos y aeropuertos internacionales   y a PDVSA! Yo, no. Yo estoy jodido con este embargo, estoy amarrao, sino le diera candela con las FARC para envenenar al capitalismo – La única vez que Fidel utilizo las drogas de las FARFC fue para quitarle del medio al general Arnaldo Ochoa y dejarle libre el camino de la sucesión a su hermanito Raúl, Castro, en este caso. Lo puso como contacto con las FARC y una vez que el general mordió el peine del negocio de las drogas. Montado el show para mostrar internacionalmente que no seguía los mismos negocios que Noriega en Panamá, fusilo a Ochoa en cadena de nacional de TV, quien no tuvo mas remedio que dar vivas a la revolución ante las amenaza a sus familiares y seguidores.

Había dos temas que encolerizaban a Chávez cuando sus cercanos aduladores los tocaban: la delincuencia nacional que en los últimos diez anos ha cobrado mas vidas inocentes que las bombas de Hiroshima y Nagasaki y que han terminado de convertir a Caracas en una de las ciudades mas peligrosas del mundo, y el otro punto eran las drogas de las FARC. Aunque en el 2004 había expulsado a la DEA de Venezuela para facilitar que sus subalternos manejaran en pequeña escala esa materia y así poder dedicarse por entero a la conquista del planeta.

La muerte de Raúl Reyes le voló los tapones y le dio el si definitivo a las FARC para que Venezuela fuera el puerto de embarque. A los pocos meses militarizo los Puertos y Aeropuertos internacionales y en complicidad con los gobernadores rojos que gobernaban los estados donde estaban ubicados se inicio el montaje de la maquinaria narcótica. Aunque algunos militares y civiles cercanos no estaban de acuerdo con esta decisión Chávez y Las FARC, quien los conocía bien y sabia del amor que tenían por El Capital, y no precisamente por el aburrido libraco de Marx, sino los una sola paginas con el rostro de Washington, Franklin o Lincoln, multiplicado por miles o millones, y les ofrecieron parte de la tajada. A la muerte de Chávez en el 2013, o al asesinato para dejar a un monigote mas fácil de ser manipulado por los hermanos Castro, el negocio continuó y se multiplico viento en popa multiplicando las ganancias de todos los implicados .

Desde allí devino la multiplicación de pasaportes diplomáticos, el uso de los angares civiles y militares con propósitos secretos y hechos que no pudieron ser ocultos: El asesinato de una diplomática en Kenia por no estar de acuerdo con el contenido de la valija diplomática; el decomiso de la droga en aviones de Air France luego de muchos meses de seguimiento, barcos de países del Oeste Africano que bien pudiesen abastecerse de petróleo en países como Nigeria o Angola, en los puertos de PDVSA para buscar mercancía, familiares de gobernadores rojos detenidos con alijos de drogas, múltiples decomisos de droga proveniente de Venezuela en las Islas Canarias y para ponerle la guinda al coctel la detención con las manos en la masa , por parte de la DEA, de los sobrinos políticos del actual presidente de Venezuela, quienes actualmente esperan sentencia.

Las drogas de las FARC y el enriquecimiento sostenido y prolongado que han tenido funcionarios civiles y militares a través de ella son el impulso y el instinto que han sostenido actualmente a un régimen nefasto como el de Nicolás Maduro. Chávez sabia que al enlodarlos, por eludir a la justicia real, lucharían aun en contra de la constitución, en contra de los principios democráticos y en contra de los derechos humanos. De allí que se han valido de mercenarios para asesinar a jóvenes venezolanos, de allí que han utilizado el petróleo como arma para someter la voluntad internacional de pequeños países en el caribe, de allí el uso excesivo de la fuerza contra un pueblo hambriento y carente de los servicios que merecen. Venezuela merece ser libre de estas plagas y tarde o temprano lo será.