LOS TENTÁCULOS DEL TOTALITARISMO

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                  http://www.el-nacional.com/noticias/sociedad/joven-pisada-por-gnb-carlota-conto-tortura_192580

Julio Borges de la forma más descarada declaró ayer desde el parlamento a los medios de comunicación que entre los planes de la AN no se contemplaba formar un gobierno de transición. Incurrió como de costumbre en una contradicción narrativa y de principios políticos con una de las propuestas más importantes dentro del plebiscito del pasado 16 de Julio. 

Se nos consultó y les dimos nuestro mandato.

Luego, en otras declaraciones, Henry Ramos Allup le dice a los medios: “Si toman por las armas, como suelen hacer, el Palacio Federal; nosotros podemos hacer sesiones en otros sitios”. Postura gravísima e irresponsable, porque con esta opinión le ofreció en sacrificio al régimen, al Parlamento Nacional; órgano del poder público facultado legítimamente por 14 millones de venezolanos.

Para hundirse más en sus miserias, este mismo personaje anuncia al país que su partido AD participará en cualquier elección futura para no cometer los mismos errores del pasado. Olvidando él, por conveniencia propia, que ha sido uno de los principales promotores del fracaso en la lucha contra la tiranía. Evade con su cinismo habitual que el pasado 30 Julio, vociferó ante el mundo y contradiciendo la posición que hoy asume, que en la elección de la ANC se había cometido el “fraude electoral más escandaloso de la historia”. 

Precisamente eso fue lo que pasó.  Una mayoría importante de la comunidad internacional reconoce el fraude.

Estas posiciones son la punta del iceberg que muchos no han querido ver dentro de la MUD y que han corrompido esa organización desde sus bases fundacionales. 

No es sorpresa ver este tipo de atribuciones que como buen caudillo está acostumbrado a tomar, incluso, si debe hacerlo en contra de la opinión de las bases de su partido. Un servidor fiel, es capaz de dar el salto al vacío para motivar aquellos indecisos hacer lo mismo. 

La fractura de la MUD es evidente y la decretó Henry Ramos Allup. 

 

Vamos entonces a los hechos.

¿Para qué convocar un plebiscito sino se está dispuesto a cumplir la voluntad de los convocados?     

Vea usted ciudadano como se  vuelven a burlar de la voluntad de millones de venezolanos quienes con convicción y de forma cívica marcamos un hito en la historia electoral de Venezuela. 

Fue una hazaña tan inédita (no por su resultado) sino porque fue la primera manifestación social en donde nos reconocimos como los principales depositarios del poder originario, incluso, prescindimos de la participación del Estado. El pueblo se movilizó sacrificando sus propios recursos, tiempo, empleos, seguridad, retando las amenazas y chantajes de la tiranía, hubo heridos,  hubo muerte, en Catia la señora Xiomara Scott fue tiroteada de la forma más cruel por los matones del régimen, por el simple hecho de atreverse a expresar el deseo de un mejor país con un voto. 

Ahora, y como si nada hubiese ocurrido, luego de 120 días de lucha, con un costo social de 130 vidas perdidas, de jóvenes sacrificados, propiedades destruidas, de multitudes de heridos y secuestrados, nos dicen que nos midamos en unas elecciones regionales frente a una tiranía sin escrúpulos, que de manera confesa ha destruido las instituciones de nuestro Estado, convirtiendo al sistema electoral en una vergüenza mundial. 

Pretenden que olvidemos la sentencia del tirano a la democracia: «Lo que no logremos con los votos, lo lograremos con las armas». 

 

Me pregunto:

Así le rendimos homenaje a nuestras víctimas? 

Esta es la forma como debemos reconocer todo el sacrificio y el aguante de un pueblo tan noble que ha soportado  traiciones y mezquindades sin precedentes? 

Creen que pueden alterar la realidad pisoteando la verdad con la mentira? 

Han querido alguna vez gobernar el país bajo la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción política que demandan nuestros tiempos?

En mi condición de politólogo debo advertirles que nuestro ideal democrático corre grandes peligros por lo que debo llamar a una inmediata reflexión. 

No podemos dudar que la descomposición de nuestra democracia nos ha llevado peligrosamente hacia una Tiranía Totalitaria, uno de los principales rasgos dentro de la teoría política que describe históricamente estas abominables formas de gobierno, es lograr que la MENTIRA desplace la VERDAD para alterar la realidad. De esta manera puede ejercerse con todo el poder del Estado una ideología capaz de seducir, manipular y aterrorizar una sociedad, con el único fin de que toda individualidad quede subordinada a la lógica del control social que se impone mediante la represión policial y el despliegue masivo de un aparato de propaganda. 

Por qué toco este tema, les explico lo siguiente: vivimos en la era del mundo globalizado. Aquellos viejos paradigmas de la guerra fría, de las dictaduras clásicas (aisladas del mundo) quedaron  atrás. Incluso, la dictadura castrista en Cuba (si la tomamos como el último reducto ideológico que nos heredó la URSS durante el siglo XX) ha tenido la necesidad de romper ese aislamiento histórico, tratando de entrar aunque tímidamente, en el paradigma de la geopolítica mundial. Si analizamos la importancia geoestratégica que tiene Venezuela y lo que esto representa para el resto de los continentes, podemos concluir con facilidad que somos un país atractivo para los intereses de cualquier superpotencia (EE.UU, Rusia, China, India, Unión Europea, Japón, etc.) Por lo que creo que estamos equivocados si pensamos que nuestro conflicto lo resolveremos sólo entre nosotros bajo el principio de la autodeterminación de los pueblos; no estamos para quimeras políticas. 

La presión y mediación internacional es necesaria y urgente, pero tenemos que definir en cual paradigma de la política nos vamos a representar hacia el futuro, tenemos que elegir entre la democracia occidental o la repetición tropical del comunismo soviético.

Nicolás Maduro está haciendo todo lo posible para terminar de desconectarnos del paradigma democrático, pero se está encontrando fuertes resistencias en una población decidida a vivir en democracia. Para que Nicolás Maduro y  su corrupta camarilla puedan ejecutar la dominación total, deben mantener una fachada mínima de democracia para poder tener alguna legitimidad internacional que les brinde estabilidad para ejercer el poder. Recordemos que para pesar de sus funestos planes, geopolíticamente nuestro Estado, todavía pertenece al movimiento de sistemas democráticos occidentales, nos comprometen todos los convenios y tratados internacionales vigentes. Entonces para poder blindar de estabilidad su falsa democracia necesitan crear una oposición a su medida, tocando la puerta de todos aquellos políticos corruptos deseosos de adquirir pequeñas cuotas de poder. 

Lamentablemente lo han logrado.

Si analizan mis palabras, tenemos las pruebas suficientes, irrefutables e históricas que nos indican que en las distintas representaciones de la oposición tradicional que se han formado hasta el momento durante los últimos 18 años, ninguna ha sido fiel a nuestros más sagrados ideales patrióticos de soberanía e independencia. Al contrario, nos han entregado con guantes de seda al control social de la tiranía. 

En 1988, el pueblo chileno mediante plebiscito, valiéndose de su sagrada condición de poder originario sentenció el fin da la dictadura de Augusto Pinochet, posibilitando una transición hacia la democracia.

Por qué no se consultó al pueblo: ¿Está usted de acuerdo con que Nicolás Maduro continúe ejerciendo su cargo en la presidencia de la República?

Acaso no sobran las razones para contestar un NO. 

Hemos sido ejemplo libertario para las naciones del mundo. Rescatemos esos valores de nuestra historia, hagamos lo que el pueblo chileno en su momento, y alcemos nuestras voces con un “NO” que se convierta en un llamado definitivo a restituir la democracia en nuestro país. 

Debemos exigir la renuncia del Tirano y sus cómplices

Es nuestro derecho y responsabilidad haberle otorgado el mandato, como también lo es, evitar que prosiga con su delirio tiránico que tiene como único fin la perpetuación en el poder.

No dejemos que nos sobornen la esperanza y se aprovechen de la desesperación, un pueblo no vive de la migaja. 

Al totalitarismo se le combate con disidencia, organización, rebeldía, evolución (adaptación y nuevas estrategias), coherencia en las acciones y principios. Debemos recuperar fuerzas, sacudirnos las derrotas y exigir en la calle con el derecho que nos corresponde, para que todos los actores políticos asuman su responsabilidad ante la historia, los que todavía por mezquindad y orgullo no lo quieran entender, los arropará la oscuridad del olvido y el desprecio de todo un pueblo que está decidido a recuperar su democracia y libertad.

 

 

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