Haciendo un repaso en la historia, me encontré con un hecho importante para el mundo, el fin de la Segunda Guerra Mundial. Cuando la Guerra terminó, muchos no se imaginaron lo que vendría luego, la división de Alemania. Una refundada con el nombre de Alemania Federal, con un sistema democrático y otra nombrada República Democrática Alemana (D.R.A. por sus siglas en alemán) con un sistema socialista, el cual comenzó a funcionar como Estado independiente el 9 de octubre de 1949. Esta división después, se convertiría en un período obscuro para la historia, La Guerra Fría.
Durante 11 años los ciudadanos de la D.R.A. estuvieron emigrando hacia el oeste buscando una mejor calidad de vida en la Alemania Federal, debido a las políticas ejercidas por la administración, que era principalmente comunista. Debido a este fenómeno, la D.R.A. decidió fortificar su frontera del este y construyó en 1961 el Muro de Berlín para tener más control de las personas y para que no se fueran del país el talento que tenían, porque se estaban quedando sin capital humano.
La D.R.A. estuvo gobernada durante cuatro décadas por el Partido Socialista Unificado Alemán, es decir, no hubo cambio de gobierno, solo cambio de representante, es importante señalar que durante ese período se observaban detalles que no pasaban desapercibidos, entre ellos: se estatizaron y nacionalizaron empresas privadas para garantizar en la sociedad la igualdad de productos y servicios, estrategia que funcionó los primeros años, pero que poco a poco se fue deteriorando; los autos escaseaban, para obtenerlos había que anotarse en una lista y si corrías con suerte te lo entregaban un año después, si no tenías que esperar hasta 15 años para recibir el que querías; los electrodomésticos y bienes de consumo eran de costo elevado porque la importación requería del uso de divisas, por lo que no era accesible para todas las familias; la escasez de alimentos y productos estuvo siempre, tanto que no se distinguía entre profesionales y obreros, un obrero podía ganar más que un ingeniero por lo que al comprar, ambos se cruzaban sin distinguir clase social; se establecieron programas sociales por el apoyo que tenían de la economía Soviética hasta que decayó en los 70 por la crisis del petróleo y así se mantuvo hasta 1989.
Aunado a todo lo expuesto, estaba la persecución política, no se podía opinar en contra del gobierno nacional, el que lo hiciera pagaba con prisión o con castigo que llegaba a la tortura. La D.R.A. tenía muchos presos políticos que luego intercambiaba por Marcos de la Alemania Federal y así mantenía a flote su economía. Además, el Muro de Berlín estaba cada vez más custodiado y reforzado, existía una norma única en el país, «nacer y vivir por la patria», todo el que no estuviera de acuerdo debía pagar con prisión y el que trataba de escapar podía morir por todas las trabas que existían, no era solo el muro, era también: vigilantes, perros, alambres de púas, minas enterradas y pistas de control que detectaban las huellas.
En pocas palabras, las personas que vivieron en «La Alemania Democrática» estaban destinadas a morir sin ningún bienestar ni futuro próspero, todo estaba controlado. La Comunidad Internacional sabía todo lo que ocurría en la D.R.A. y sin embargo nada podían hacer, por más reuniones que hicieran y por más peticiones que hicieran, siempre el Partido Socialista Unificado Alemán se las arreglaba para ganar los comicios electorales, aunque participaran partidos de oposición, dejando ver al exterior que se vivía bien y que todos estaban de acuerdo con su sistema. A pesar de todo lo que ocurría, La D.R.A. se mantenía hasta que se derrumbó en 1989, y no fue por una intervención extranjera o por un golpe militar, fue porque todas las personas salieron a la calle y todas, absolutamente todas, fueron decididas a tumbar el Muro de Berlín y lo lograron sin ayuda de nadie, ellos decidieron su futuro y su destino, si no hubiese sido de esa manera, todavía existiera la D.R.A.
Ahora regresando al Siglo XXI, particularmente a nuestro país, desde el año 2006 se ha venido gestando un control de los ciudadanos empezando por las expropiaciones de tierras de producción y empresas de productos básicos, como el caso del café y el azúcar con la excusa de darle «más poder al pueblo», de igual forma ocurrió con el servicio de
telecomunicaciones y parte de la banca todo esto con una particularidad, nunca se compensaron a los afectados convirtiéndose la expropiación en una confiscación sin motivo; luego de estas acciones empezaron a escasear en el país productos básicos como: el azúcar, la harina de maíz, y el papel higiénico, por lo que los establecimientos de productos alimenticios comenzaron a colocar carteles en el que se limitaban a uno o dos productos por persona, después se estableció que el proceso de compra debía ser por el terminal de cédula, que más adelante se sustituyó por el captahuellas, más adelante se instauró el control de precios, que no funciona, solo cuando el gobierno decide cuando intervenir los establecimientos para que vendan al precio que estipulen; después se empezaron a entregar bolsas o cajas de alimentación con un costo irrisorio comparado con los precios del mercado; además el gobierno nacional se ha encargado de mantener una relación de conflicto con los países vecinos para mantener control de las fronteras, de manera que salir de Venezuela se vuelve un verdadero tormento, eso sin tomar en cuenta que los vuelos son cada vez menos accesibles por el sistema inflacionario y la moneda nacional cada vez pierde más valor por las medidas económicas mal ejecutadas. Y en cuanto al proceso electoral el gobierno nacional cada vez se afianza más por las acciones erróneas tomadas por la oposición. Una de ellas es que el Estado realiza elecciones, sabiendo que el sistema está viciado y la oposición participa estando en desventaja, ¿y qué sucede?, que el gobierno gana las elecciones y quedamos ante el mundo como unos complacientes, que nos gusta lo que tenemos y que por eso no merecemos ayuda, porque si fuimos capaces de permitir que ocurriera todo lo aquí descrito, es porque no nos interesa lo que piensen los demás, solo lo que tengamos nosotros.
Con todo este panorama pregunto, ¿ Venezuela va rumbo a otra D.R.A.? ¿Tendremos 40 años de hegemonía por no querer hacer valer nuestro derecho? ¿Será qué solo nos interesa agarrar así sea fallo y los demás que se frieguen? ¿O será que el futuro no importa porque el presente es lo que me mantiene atento, así que no interesa quién gobierne? ¿O será que se perdió la esperanza porque se han encargado de matarla lentamente?
Pienso que es momento de hacer una profunda reflexión del país, de nuestro estado, de nuestra ciudad, de nuestra comunidad, de nuestra casa, de nuestra familia y de nosotros como persona y realizarse estas preguntas: ¿cómo estamos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿cómo permitimos lo qué esta hoy?, ¿por qué se permitió?, ¿se puede hacer algo o no se puede hacer nada?, ¿me rendí o nos rindieron?
El Muro de Berlín, la D.R.A y El Partido Socialista Unificado Alemán cayeron por una sola la razón «Un pueblo entero decidió cambiar su futuro».
Espero sus comentarios.
Ismael Bello
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