Jim Fixx, un superdotado neoyorquino fumador y con sobrepeso, despertó el ‘boom’ del ‘Running’ hace 40 años con un ‘best seller’ que cambió la cara al deporte
Correr para mejorar la salud es hoy es algo tan extendido que lleva una marca, el ‘Running’, que se ha convertido en la entrada al deporte para centenares de millones de personas en todo el mundo, y que ha generado una industria a su alrededor. Pero no siempre fue así. El fenómeno de las carreras populares y de la actividad física ‘democratizada’ a partir de algo tan sencillo como correr no tuvo su impulso hasta finales de los años setenta de la pasada década. Y tuvo un padre, Jim Fixx (1932-1984), que puso la primera piedra del Running con una serie de libros que se convirtieron en best sellers, y que tuvo una muerte precoz, no exenta de polémica.
Fixx no inventó, por supuesto, el arte de correr para mantenerse saludable, ni las maratones, pero sí puso todo en orden y generó el interés mediático para convertir en una ceremonia colectiva todo lo que algunos ya hacían de forma privada. Sin su primer libro, ‘The Complete Book of Running’ (1978), hoy difícilmente existirían decenas de miles de carreras populares en todo el mundo.
Ese libro se mantuvo entre los más vendidos en EE.UU. durante un año seguido y generó dos secuelas, ‘Jim Fixx’s second Book of Running’(1980), y ‘Jackpot’ (1982), que redondearon la operación y le convirtieron en una celebridad en su país, que acabó exportando el negocio al resto del mundo. Conferencias, televisión, entrevistas… Fixx se hizo millonario a partir de una actividad que no busca el lucro, sino mejorar la vida de las personas. Como reconocía irónicamente en su tercer libro, “me dejé engullir por la máquina de la fama”.
Su libro generó dos secuelas que redondearon la operación y convirtieron a Fixx en una celebridad en su país
En la portada de su primer libro aparecían las fibradas piernas del propio Fixx en plena carrera, calzando unas zapatillas rojas. Nadie diría que el autor pesaba poco antes de esa portada 110 kilos y fumaba dos paquetes de cigarrillos al día. El ‘running’ transformó su físico y su vida, perdió 27 kilos y aparcó una vida sedentaria, pero única. Porque Fixx no era alguien corriente.
Era, en realidad, alguien tremendamente inteligente. Un superdotado, integrante del Club Mensa, una asociación internacional de personas con alto cociente intelectual fundada en Inglaterra en 1946. Antes de su aventura con el running, Fixx había publicado tres colecciones de rompecabezas con nombres tan sugerentes como ‘Juegos para Superinteligentes’ o ‘Solucionalo’.
Implantación mundial
Todo eso quedó atrás. dedicó el resto de su vida a popularizar el ‘Running’, aunque no llegó a ver su implantación mundial. Su muerte tuvo un componente irónico: falleció de un infarto en 1984, a los 52 años, al acabar una de sus habituales carreras matinales. La autopsia reveló una arterioesclerosis severa que bloqueó la coronaria. Hubo quien dijo que el ‘running’ que predicó como salvador de vidas le mató. Fred Lebow, presidente del New York Road Runners, hizo su mejor defensa: “Muere más gente viendo jugar a los Yankees de béisbol que corriendo. Tal vez si Jim no hubiera corrido, habría muerto hace cinco años”.
El fenómeno del running se extendió a todo el mundo, también a España, donde se celebran 3.500 carreras populares al año. Entre ellas, dos casos excepcionales de longevidad: la Behobia-San Sebastián, nacida en 1919, y la Jean Bouin Mundo Deportivo (1920), que incluye desde finales de los años 70 una prueba Open.
Las zapatillas rojas que aparecen en la portada del best seller de Fixx, The Complete Book of Running’, sedujeron a toda una generación de runners. Unas sencillas Onitsuka Tiger de nylon, color rojo, con las que Fixx corrió el maratón de Boston, y que subastó en una acciòn benéfica para las prisiones. Su comprador las tuvo guardadas varias décadas en una caja hasta que las resubastó en eBay.