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El oro estaba químicamente destinado a ser dinero

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El metal ideal para una moneda no debe ser muy abundante, como el hierro (que además se oxida), pero tampoco demasiado escaso, como el osmio.

5 de los 8 metales nobles considerables para hacer monedas pueden ser: el oro (Au), la plata (Ag), el platino (Pt), el rodio (Rh) y el paladio (Pd).

De ellos, el rodio y el paladio habrían podido ser «acuñables», pero sólo fueron descubiertos a principios del siglo XIX, así que las civilizaciones antiguas no los conocían.

Esas civilizaciones podrían haber escogido el platino, pero habrían necesitado poder producir temperaturas extremadamente altas: el punto de fusión del platino es 1.768º centígrados.

Así que nos quedan la plata y el oro.

Aunque ha sido usado como moneda, el problema con la plata es que se ennegrece: reacciona con pequeñas cantidades de azufre en el aire. Además, el oro es más raro pues tiene otra cualidad que lo convierte en el preferido por excelencia entre todos los elementos de la tabla periódica: el oro es dorado.

Todos los otros metales en la tabla periódica son de color plateado, excepto el cobre, que se vuelve verde cuando se expone al aire húmedo.

Eso hace que el oro sea muy distintivo. Es por eso que durante miles de años de experimentos, tantas civilizaciones escogieron consistentemente al oro -del latín aurum que significa «brillante amanecer»- como el elemento al cual le asignarían un valor que todos aceptarían.

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