Maullidos al Cielo. El Vuelo de Misu (Cuento Trágico-Fantástico)

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Requiescat in pace sublime y puro amor hecho ronroneos de dulzura. A la memoria de la Misu Leal

 Año 2016, en una tierra que fue bendecida por el Universo, las sombras hicieron su aparición desde ya casi dos décadas, los valores humanos llegaron a los niveles más infames y ruines que la historia del planeta tierra pudiese haber sufrido jamás antes. El odio, la envidia, el egoísmo, la mentira, la miseria y la muerte se pasean a sus anchas por la otrora vastedad de paisajes naturales hermosos, puros y sublimes, pisoteando los restos de la prosperidad y la paz que antes eran tenidas como algo natural, algo propio, tan común que ni se le daba importancia -al punto que hasta la dignidad perdió su valor-. Así, la oscuridad se apoderó del corazón de su pueblo, moría Venezziolak la Pequeña Venecika.

En ese ambiente hostil, una manada humana caracterizada por ser Leales, los Hestiales, sobrevivía al inclemente genocidio aplicado, lento pero de manera constante, por parte de los dueños y hacedores de la oscuridad, los Socialiesteks, seres impregnados del mal hasta lo más ínfimo de sus células, que con sus vibraciones infrahumanas logran destruir el corazón, la mente y el alma de aquellos que escuchan sus cantos y discursos, primordialmente dirigidos al comandante supremo Skotos-Chavek, quien logró imponer su reinado bloqueando la luz de Éter y Hemera, negándoles así el derecho a la vida a los pobladores de Venezziolak. Las sombras nublaron la razón, insumieron el espíritu de lucha de los Venezziolanikenses.

En este ambiente lúgubre y desolador, los Hestiales, libraban una dura batalla flanqueados por las fuerzas de las sombras -a veces camufladas en falsos colores brillantes, blancos, azules, amarillos, como un arcoíris de esperanza y fe-, para sobrevivir, no arrodillarse y convertirse en esclavos sumisos de la mentira, el odio y la maldad. Pero sus fuerzas flaqueaban, solo los sostenía su espíritu de lucha y una esperanza, no correspondida, que Hemera una vez más lograra despejar la neblina oscura para que Éter pudiese entrar con su luz desde los cielos y volver a reavivar el corazón de los Venezziolanikenses, iluminar sus mentes, corazones y espíritus, que se revelarán y batallaran para vencer al ejercito de las sombras y falsos arcoíris Socialiesteks de Skotos-Chavek. Pero Chronos, como Dios del tiempo, conspiraba contra los Hestiales en favor de su hijo Skotos-Chavek, engendrado con la diosa de la inevitabilidad Ananké. Parecía que el destino de los Leales Hestiales estaba sellado como algo inevitable, sucumbir como la masa, amenazaba ser una realidad.

El Líder Hestial, lanzó un clamor cuántico hacia el infinito, hacia el multiverso donde las realidades paralelas diseñan y conforman el destino de la manada en este plano existencial. Fue escuchado como un maullido emergente de un alma gatuna encerrada en las limitaciones físicas de un cuerpo humano. Maullido retumbante en el multiverso que conmovió la grandeza del propio universo todo, siendo correspondido desde Sirio, la estrella azul, con un haz luminoso que término materializándose en forma de una pequeña e indefensa bolita de pelos blancos, marrones y negros, una amorosa y hermosa Gatita Calicá que decidió adoptarlos como su manada. Llegaste tú Misu.

Una aura de amor, cariño y ternura invadió el hogar de la manada Hestial, la esperanza volvió a crecer, las tribulaciones eran minimizadas con ronroneos de gratitud y con caricias de “no te preocupes, todo estará bien…”, invadía sus sueños con masajes de sus patitas expresando “cuanto los quiero…” y “aquí estoy para protegerlos de lo que no pueden ver ni percibir…”. Las sombras se debilitaban día a día, la maldad estaba preocupada, perdían la guerra.

En un viraje del destino, tres años después, fuiste llamada para asumir otra tarea, otra batalla, ayudar a otras almas, socorrer a otra manada tal vez. Y partiste, luego de maullar al cielo, con la mirada puesta en Sirio, no sin antes regalarnos tres días y noches plenas de felicidad. Nos fue imposible retenerte Misu, ¿Fallamos tal vez…?, no lo sabemos,  pero tu amor incondicional y sublime perdurará en nuestros corazones y los buenos momentos que nos brindaste acicalaran nuestra piel, nuestra mente, nuestro espíritu, para poder reconfortarnos y continuar la batalla contra las sombras.

Contigo en nuestros corazones la lucha será más llevadera. Gracias por habernos elegido, por reconfortar nuestra manada. Lo lograremos. Mientras, vuela alto, y haz más brillante la estrella en el cielo que ilumina nuestro norte…Misu Leal

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