Agroecología Latinomericana: Una realidad incómoda

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En América Latina, la agroecología ha surgido como respuesta a las crisis sociales, económicas, ambientales y climáticas de la agricultura convencional. Esta tendencia impulsada por los movimientos sociales está siendo gradualmente tomada en cuenta por las políticas públicas. Aunque este gradual es muy, pero que muy gradual.

Los instrumentos de estas políticas son variados y a veces forman parte de programas de apoyo a la agricultura orgánica y sostenible, propuestas que, a diferencia de la agroecología, no desafían el sistema agroalimentario dominante.

En Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, México, Nicaragua, El Salvador tímidamente surgen proyectos y en muchos casos ya realidades que siguen siendo frágiles ante el apoyo masivo a la agricultura convencional, por lo que la implementación de instrumentos a favor de la agroecología depende del equilibrio de poder establecido en cada país. Por lo tanto, el reto consiste en convencer a los agricultores, los consumidores y los responsables de la toma de decisiones de manera más amplia sobre las cuestiones de salud pública y seguridad alimentaria.

Desarrollo de la agroecología

Para desarrollar la agroecología es necesario el apoyo y la asistencia de las políticas públicas en dos niveles. En primer lugar, la complejidad de los sistemas productivos y la diversidad de las condiciones locales exigen la creación y difusión local de referencias técnicas específicas.

En segundo lugar, para compensar los menores rendimientos y los costes de producción adicionales, en particular los costes de mano de obra, las políticas deben acompañar a la transformación de los productos y a su comercialización.

Existen una amplia variedad de instrumentos de política contribuyen a la promoción de la agroecología latinoamericana. Se pueden identificar cuatro tipos:

  • Gestión de la innovación y del conocimiento
  • Acceso a los recursos
  • Acceso a los mercados y seguridad alimentaria
  • Normativa ambiental

Sin embargo, estos instrumentos a menudo se encuentran dispersos en diferentes sectores públicos. Todavía hay que hacer esfuerzos para coordinar mejor las propuestas de los movimientos sociales implicados en la agroecología, en particular con las organizaciones de consumidores. Estas iniciativas están luchando por emerger frente al modelo dominante que, según sus defensores, es el único capaz de alimentar al planeta.

Finalmente, para los autores, el desarrollo de la agroecología latinoamericana debe estar más estrechamente ligado a las medidas programadas a nivel territorial, mientras que hoy en día se limitan generalmente a las de la parcela o finca.

Y ante todo esto que hacemos

El apoyo público es fundamental para el desarrollo de cualquier «nueva economía». Pero seamos realistas, rara vez la administración pública va por delante de la sociedad, a no ser que haya intereses fácticos de por medio. Y este no parece ser el caso.

Es por ello que como siempre los y las latinoamericanas tendremos que tirar del carro, sugen proyectos y realidades como pequeñas islas, pero la semilla se propaga. Para próximas publicacines, una perspectiva sobre proyectos y realizades agroecológicas que ya están en marcha

 

 

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