Yo he estado batallando con depresión y ansiedad.
En parte tiene que ver con la situación en Venezuela, mas mis propios fantasmas.
El problema con la ansiedad es que te ataca y te hace ocuparte de cosas de las que no tienes control. Por ejemplo la situación de Venezuela, cosa que esta fuera de mi alcance.
Yo prefería a mi país cuando eramos anónimos, cuando la gente no sabia si Venezuela era parte de África, del Medio Oriente o una isla en el caribe. Antes de que el maldito engendro de sabaneta nos pusiera en el mapa por todas las razones equivocadas.
Y es que tal como tu dices Venezuela es un pueblo, y yo me atrevo a ir mas alla. Me atrevo a decir que es una aldea. Una aldea pequeñita llena de indígenas flojos e ignorantes. A quienes después de 500 años nos volvieron a engañar con espejitos. Pero esta vez fue peor, porque la traición vino de adentro, del indio resentido de mierda con una atracción malsana por la otra maldita momia cubana. Esta vez no fueron los de afuera los que se aprovecharon sino el pastor que gritaba lobo y al que muchos decidieron darle otra oportunidad.
Hoy en dia cuando la gente se da cuenta que soy de Venezuela, las miradas y las conversaciones son de lastima, y es que en eso convirtió ese hijo de puta y sus secuaces a mi país, en un lugar digno de lastima. Y con el se llevo a muchos talentos que decidieron meterse en la cama de inmundicia que se creo y que desperdiciaron las oportunidades de hacer para todos, para enriquecerse ellos.
Esa es una de las razones por la que por casi un año desaparecí de las redes, porque no aguantaba la depresión cada vez que he pensado que ya no se puede llegar mas abajo y me hacen darme cuenta que me he equivocado, porque me da asco ver a gente con las que compartí sueños y aventuras enriquecerse y ponerse tan gordos y tan grotescos como el maldito coprófago de sabaneta antes de morirse, porque me canse de tener que llorar por los que se han muerto por culpa del engaño, porque me daba miedo a mi mismo cada vez que me alegraba (y que me alegro) de que los que apoyaron esta mierda también se mueran.
Aun hoy, después de 16 años afuera no puedo entender que flauta toco ese mal parido para que lo siguieran tantas ratas y para que lo siguieran también otros. Por que si yo lo podía ver claro los demás no? Por que se entregaron a un proyecto de fracaso, de miseria, de resentimiento y muerte?
Yo nunca he sido apegado a mi familia, pero si lo he sido con mis amigos, porque son la familia que elegí. Y me duele ver que esa familia también fue descuartizada y dividida. Me duele ver a los jefes de de la cultura viajando en el avión presidencial, mientras que otros tan o mas talentosos se mueren de hambre, tienen que dejar atrás a sus padres ya viejos, a sus hijos algunas veces y tienen que emigrar.
Pero también me da mucha arrechera escuchar las mentiras que como aldea nos creamos. Cuando se dice que Venezuela siempre acogió con brazos abiertos al emigrante, cuando ahora todos son xenofobos y nosotros nunca lo fuimos. Habría que preguntarle a los portugueses hediondos, los chilenos estafadores, los colombianos traficantes, los peruanos y ecuatorianos cotorros, los árabes y judíos pichirres, los chinos cochinos y los que se me escapan ahora, si es verdad que eramos puro amor cuando eran ellos los que migraban.
Me da mucho dolor y debe ser por eso que hasta el patriotismo se me murió, por eso debe ser que donde hay una reunión de venezolanos es justamente donde no me van a encontrar. Por lo que me molesta tanto lo que somos. Porque aun en los tiempos difíciles hay cada mama guevo venezolano hablando del mejor país del mundo. Cuando ni de pueblo nos graduamos.
Y en los últimos tiempos me da arrechera nuevamente ver a todos los borregos corriendo detrás del mesías de turno, el pequeño socialista de la Guaira, que debe estar hasta el cuello en la mierda cuando no busca acción para salir de la maldición y los sucubos no buscan como salir de el.
Por eso ando deprimido y por eso ando medicado y sin esperanzas de dejar de estarlo. Porque la depresión y la ansiedad parecen ser parte del equipaje que nos hacen cargar a juro como mulas.