JM de los Ríos
En la oscuridad de una sala de emergencia
caminando por los pasillos heridos con el paso del tiempo
sin medicinas, ni instrumentos médicos, con casi nada de insumos
avanzan mis pies dejando huellas de dolor nauseabundo
Este monstruoso hecho tiene culpables
cucarachas y gusanos con nombres y apellidos
que visten de Prada, se adornan con Rolex, caminan con Balenciagas…
Plagas…
No puedo tolerar la inmundicia humana, simplemente
No puedo.
Allí en los pasillos
Una luz muda
resplandece, y, no sé qué es lo que sucede
dentro de mí…
¿Por qué?…
Porque vienes, esperanza
a buscarme escondida
en los ojos de una niña que quiere ser madre
de un niño que quiere ser varón.
No lo sé.
¡Vida mía!
No lo sé.
Organismos Internacionales.
Con corbatas y finos trajes
en grandes salones, con mucha luz, y
sin ningún amor por el hombre
debaten quienes no saben nada de dolor
sobre el sufrimiento de quienes les ha dolido todo, y no tienen nada
nada que perder
Sus zapatos lustrados, el fino vestido de seda que combina con las perlas brillantes que adornan el cuello
el pensamiento: ‘¿Qué habrá preparado Conchita para la hora del almuerzo?’
La camioneta recién encerada, esperándoles afuera
el chófer, que les abre la puerta trasera y de media reverencia les dice: Buenos días, señor.
La hoja de afeitar de Buñuel que corta la luna
no es surreal, no…
Es la ONU, la OEA, los ‘defensores’ de derechos humanos de la Unión Europea.
Rápido, Venezolanos, enviemos ayuda
busquemos a un Médico o a un Psiquiatra
que pueda ayudarles a hallar con lo que padecen.
