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Rec Syndrome: la huída hacia adelante

Rec Syndrome

El cuarteto radicado en Barcelona acaba de publicar su 4to EP, “Serie B”, en el cual sigue imponiendo su estética rockera mientras explora y amplía sonoridades alternativas

“Ayer soñé/ cosas que no pude entender/ y llegué/ tan lejos que no podría volver”, canta Reinaldo Santos en No Retorno, el tema que abre el EP más reciente de Rec Syndrome. Es uno de los pocos momentos de calma que tenemos en Serie B, un disco donde los miembros de la banda se apoyan en sus fortalezas -guitarras distorsionadas que invaden nuestros tímpanos en oleadas, un mar de leva sonoro-, sin dejar de aventurarse en el descubrimiento de las melodías complejas que ofrecen sus composiciones.

Serie B es un trabajo ponderado e inteligente que guarda muchas pepitas de oro para el oyente paciente y atento. El disco responde de manera tácita a las inquietudes musicales contemporáneas de toda banda: ¿cómo hacer música en un mundo post-pandémico? ¿Cómo existir en un medio dominado por el rock bolibomba aséptico que se traga todas las vistas de Youtube y reproducciones de Spotify? La respuesta de Rec Syndrome es sencilla y siempre ha sido la misma: haciendo más música. 

El cuarteto ya nos había sorprendido este año con otro EP de seis canciones, Conexión, que es lo más pandemia-rock que exista en este mundo, si es que eso es un género. Es el caso de la pegajosa Mascarilla, cuyo coro cantamos todos ingenuamente en algún momento (“me dan nauseas las mascarillas”), o de Cierra el bar, en la cual el guitarrista del grupo, Xhavier Velázquez, descarga su frustración con el negocio que solía llevar en Barcelona.

Ahora el grupo nos presenta un segundo EP en menos de un año, fieles a su vocación de huir hacia adelante, de abrazar una estética y darle libre curso sin hacerse muchas preguntas. Es refrescante seguir a una banda cuyo único interés siempre ha sido y será hacer música, sobre todo en este tiempo aborrecible de “influencers” donde cualquier oligofrénico con una cuenta de Instagram te explica que está desarrollando su “marca” y buscando “seguidores”. 

“Nuestro objetivo es publicar un EP cada seis meses, dentro de la medida de lo posible”, nos explica David Moreno, el bajista de la banda que también desempeña un rol crucial en la producción y grabación del disco. “Nos parece que un EP es una mejor propuesta para el público actual, ya que es más fácil sacar los 20 o 25 minutos para escucharlo entero que dedicarle 45 minutos o más, que es lo que va a durar un LP”, agrega Reinaldo Santos. Irónicamente, Rec Syndrome se refiere a un síndrome que imposibilita la grabación: el fenómeno del músico aterrado cuando ve la luz roja de grabación titilando. 

Muchas bandas sobrevivieron a la pandemia, pero pocas salieron reforzadas y rejuvenecidas después de los confinamientos. Rec Syndrome, después de haberse desahogado con la grabación de Conexión, se centra ahora en un homenaje a las películas de Serie B tipo Grindhouse. El disco puede escucharse como una carta de amor al arte independiente y underground del cual forman parte. 

La evolución musical se nota en la tesitura de los temas, que planean como capas que van inundando un lienzo. Es el caso de la genial I hate myself, que progresa de un rock 2×4 con tonos punkies a un puente de rock Stoner donde Xhavier toca un maravilloso solo etéreo, que nos recuerda a Robert Fripp y King Crimson, por encima de la pesada sección rítmica.

En Humo, el tema que sigue, el grupo da un giro y parte hacia un pre-coro rockabilly/shoegaze antes de volver al tema original. Son estos pequeños detalles, estas búsquedas hambrientas, las que distinguen a Rec Syndrome de sus pares: una interrogación constante, una huida frenética hacia adelante cuando el mundo quiere inacción. 

Escondido detrás de la batería encontramos a Fabrizio Pinto, quien también graba y produce al grupo. Su mano queda en evidencia en Escala mortal, donde el muro sonoro de las guitarras de Reinaldo y Xhavier es empujado hacia adelante gracias a la complicidad de David en el bajo y Fabrizio en la batería. Para Rec Syndrome, no hay alto o parada posible: cualquier detenimiento es una escala mortal ya que el rock debe seguir.

Serie B, el tema que le da el título al disco, es una oda a la película independiente irlandesa “Grabbers”. Es el engrudo que mantiene el edificio Rec Syndrome en pie, un aluvión sonoro que culmina con un solo de guitarra endiablado por encima del prolífico trabajo de Fabrizio en la batería. Si un metrónomo se encarnase en ser humano, lo haría en Fabrizio Pinto. 

El disco termina con la excelente Furia, donde casi podemos escuchar al público cantando, “la furia va a caer”, en los próximos conciertos de Rec Syndrome. El grupo parece prevenirnos de lo que viene: si les quitamos la posibilidad de tocar, nadie sabe de qué serían capaces los miembros de la banda. “Nada que podamos decir/ nada que podamos hacer (…) La furia va a estallar”.

¿Cuál es la mejor respuesta a la pandemia? ¿Al robo organizado a músicos que representa el adefesio ese llamado “Spotify”? ¿A las mega-corporaciones de entretenimiento que tratan a las bandas como productos? 

Rec Sybdrome tiene la respuesta: Tocar. Componer. Grabar: es decir, hacer más música.    

   

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