Confesionario

A los hombres que te enseñan las vísceras se les teme, se les odia, se les execra. A nadie le gusta que le saquen de su mentira, de su egoísmo, de su hipocresía. A nadie le gusta que le digan en su cara que aquí vinimos a soportar, no a buscar la felicidad. A nadie le gusta escuchar que todos vivimos una mentira. Que somos todos unos huevones. Unos dementes. Unos adictos a nosotros mismos. Unos estafadores.

Texto y contexto Que Venezuela está en crisis, eso todos lo saben. Que la crisis en Venezuela es cultural, antes que política, eso una de esas profundidades que no todos...

Desde hace unos cuantos años se viene dando el rumor sobre el control de contenido de Internet en este país, se han visto algunos proyectos de ley para regular...

Vivimos en una sociedad signada por la hipocresía, las respuestas fáciles, pero sobre todo que se niega a la reflexión de los hechos. Todo esto se potencia en el caso...

Uno no puede tomarse unos días de reposo para reponerse de la gripe porque rápidamente se queda atrás en seguirle la pista a la demolición moral en curso que...

Cuando supieron que estaba recién llegado, Elena y Viktor decidieron que tenía que acompañarlos, al otro día, a la iglesia donde trabajaban como voluntarios. Aunque no precisaron el por...

El protagonista del más reciente escándalo asociado a la iglesia católica El de la imagen es un sacerdote de la iglesia católica, ahora suspendido. Su pecado no es meter la...

Muchas veces, es difícil encontrar un punto a partir del cual iniciar una historia... No escribiré sobre hechos fantásticos, pues no es totalmente que la fe nos divida y la muerte...

De manera que pensar que existen heterosexuales "comunes y silvestres" no tiene mucho sentido, especialmente si se refiere a la idea de ser un cero absoluto. Como todo en la naturaleza, los extremos son bastante raros.

“Tu estas equivocado, jodido y sobreestimado y creo que me voy a enfermar y todo es culpa tuya” es como empieza una de las canciones de Slipknot, una reconocida...

La vida de Nepomuceno Montiel era una colección de vergüenzas. Comenzando por su nombre, evidencia de su origen maracucho, la lista incluía la mayoría de “los accidentes” que conformaban su existencia:

- Trabajé y, al salir, me fui pa’ donde estaba prendida la vaina. Caminaba por la acera y pasaban las tanquetas. Mérida esta tomada militarmente. Destruyeron la cerca perimetral de Las Marías y quemaron autos. Dispararon desde los edificios hasta afuera. En Ejido, saquearon y destruyeron la casa de Copei y la casa de un dirigente político. Todas avenidas principales están trancadas. En El Campito, donde yo estaba, tuvimos que meter a una amiga con heridas de perdigones a uno de los apartamentos. A la final, la pana estaba muy mal y la sacamos por detrás, mientras empezábamos a escuchar plomo. A esta hora, aún los problemas siguen encendidos pero no como ayer. Ayer, fue el infierno –

Corrían los años de Luis Herrera Campins cuando Luis Britto, emblemático intelectual de la izquierda, se preparaba para recibir un premio municipal entregado por el Presidente de turno (se...

yo... mi cuerpo caliente mis mejillas, calientes mis piernas, calientes yo, caliente efervescente volcánica curiosa miedosa ansiosa callada loca ciega y tú conmigo te me presentaste tu alma viajó hacia mí no quiero intimidarte lo hago sin querer escuchabas pero no me dejabas hablar y peleábamos por contarnos cosas que, en...