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....................II
.........................................a blonde
Una vez quise decirte
que en cierta parcela de mi vida
eras lo que me permitía creer en la amistad
en su defecto, lo que evita que dejara de creer nuevamente en ella
el temor de arrojarte a cuestas
tanta responsabilidad
-más aún sin consultarte-
pudo ser el freno
Ahora resulta que eres como los vestigios de una guerra
el volúmen solitario e inconexo
que continúa erguido entre las ruinas
arrogantemente en pie ostentando su firmeza
y no es sino el puente al abismo
porque en el simple hecho de ser sobreviviente
arrastra su historia
en ecos de letanías
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Cierro los ojos
y con nostalgia siento el amor
Veo un piano
escucho música
Hay una mujer que me dice algo
No entiendo
No logro responder
Temo abrir los ojos
y ver -o no ver- lo que deseo
Delicioso miedo que me cubre
Convulsión del alma que me enferma
Vuelos rasantes al vacío
Quemaduras sangrientas de la piel
Sentimientos encontrados en la nada
Maldito miedo necesario
Siento algo
Ya no es soledad
Ya no es sólo deseo
De nuevo el amor es posible
No puedo amarte exclusivamente
fiel compañera
La que nunca me engaña
y siempre sabe lo que le voy a decir
Mujer y amiga mía
Sí
es con usted mi soledad
No me estoy despidiendo
Sólo estoy abriendo los ojos
a quien tiene la osadía de enamorarnos
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Bioinsensiblemente ajena
...........................(The Black Legend Woman)
¡Me temes!
Principalmente al borde inaprehensible de mi vida,
.................................donde soy ya
.................................y no he sido todavía,
justo en el recóndito paraje de la transitoriedad.
Aquende donde me revelo sin cese en partículas
multicolores
miríadas chispeantes reverberando efímeras,
coruscando refulgentes
la abigarrada temporalidad de las sinuosas variaciones
de mi discontinuo y diminuto arquetipo.
¡Me temes!
Tanto es tu temor que ciego de espanto encarnizado
atacas mi sombra fieramente
en espúreo intento de conjurar tu inconmensurable
desasosiego
con un acto intrascendente de desesparada provocación.
Pobre bestia presa de turbación profunda,
embistes vanamente la imagen de tu propio recelo en el
espejo,
y la proyección incorpórea de una silueta de contorno
desconocido
que nutre tu veleidosa retina privada de sutileza,
te hace zozobrar en la aprensión mentecata,
aniquiladora de todo posible entendimiento.
¡Te aterro!
De ese terror ciego
que transforma tus baladíes simulacros de escaramuza
en penibles e incontrolados espasmos risibles.
Cubierta como voy,
no por pudor sino por alcanzar la luz en la sombra,
con halo de casto flámeo de arrebol
de abigarrado encaje y tupido punto,
velo aún más tu percepción imperfecta.
Te ofusca la imposibilidad de aprehender mi esencia
a partir de los destellos de mi efímera mutación
superficial.
El arrebol de pasiones
que al arrebujarse en torno a mí
deja entrever la verdadera transubstanciación
bajo la superficie eternamente mutable,
escapa completamente a tu perspicacia
y termina por destruir tus defensas.
Claudicas a la rabia del improperio,
con esputos de insano frenesí
izas el lábaro de la ofensa
vesánico esperpento altivo de impotente discordia
a la cual soy bioinsensiblemente ajena
desde aquí donde moro
en la algarabía de la infinita multiplicidad del ser.
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Separados al nacer nuestros labios
ansían juntarse de nuevo
revertir el proceso molecular
y quedarse fundidos.
Mis labios se extienden y señalan
como la vara del zahorí.
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Una noche más
redonda y tardía
diciendo oraciones e ignorando si son oídas
porque pierdo la esperanza
selecciono el tiempo en vano
crucifico la culpa
con tu imagen en mi sueño
mis sobresaltos producen sonrisas
que detesto
se me encoge la piel
se traban los sentimientos
y justo ahí está el abismo
tan grande cómo tu mejilla
arraigada en mi memoria
sin rastros de lágrimas
sutil en la huella
que duele
perfecta en el olvido
que no puede
antigua y posible y eterna y terrible
ingenua
y mía.
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