El lenguaje es un virus que vino de otro planeta...

Atrás a Lautreamont (he aquí que debo saltar, regresar a la otra orilla)
A la juventud aniquilada en una obra de dos hemistiquios cerebrales diferentes
Me dio en plena lectura de su prosa medicinal y venenosa, como buen pharmakón.
El pulpo de los ojos de sedame deleitaba con su mezcla de poética expectoración
Y su sueño pactado de acordar con la prostitución sembrar el desorden en las familias.
Isidore Ducase, el enigma de, así llamó Man Ray a su obra que consiste en una máquina de coser
Envuelta en una frazada de fieltro, imagen de reproducción infinita, de costuras ilimitadas.
Escenas familiares de rioplatensidad platean, censan el río, mientras miro por cubierta y pienso
En ese rayo verde que se alza en el horizonte cuando el sentido del sol empieza a entenderse.

 
 

Un pensamiento llena la inmensidad

Una línea escrita en el pasado por una mano que poseía una osatura detrás de una fotografía prueba que existes.
En mágicos obituarios nos depositamos, en libros, en cuadernos dejamos secretas señales para los que vendrán
O no, no vendrán, quedarán atascado como la carta en la divina mensajería, para que su mano tome la mía, pero: cuál?

     A:
       Aural
          Aurora
     Auroral

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Aureal
Auroreal
Aureolar

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