Dancer in The DarkDir: Lars Von Trier. 2000. Temáticamente es una parábola contra la injusticia, calculada para conmover, premeditada para accionar los lagrimales de la audiencia y provocar una reacción moral ante la pena de muerte de una madre ciega. La demanda es legítima, aunque los procedimientos para exigirla contradigan su esencia. Por un lado se enuncia la manipulación inherente al musical; por el otro, la película erige su denuncia, chantajeando emocionalmente al público. El ritual de la pena de muerte es dilatado hasta el paroxismo, reflejado en toda su maldad, rozando el rizo de la indignación general. La cámara nerviosa acentúa lo macabro de la secuencia, en un homenaje involuntario al reporterismo más aleccionadoramente sensacionalista. El director nos invita al final de la función, mediante un letrero, "a luchar por la justicia", como decía Superman. Formalmente destaca la coherencia estética entre la banda sonora y las coreografías. La cámara no para de saltarse los ejes, registrando las perspectivas más turbadoras de los desconcertantes perfomances vocalizados por Björk. Las letras de las canciones permiten vislumbrar la ingenuidad existencial de la protagonista, mientras los planos desenfocados subrayan su padecimiento. La iluminación parece natural pero es planificadamente hiperreal. Los colores son opacos hasta en los momentos más felices, avizorando el desenlace fatal. |
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Tres NochesDir: Fernando Venturini. 2001 El resultado es una serie de insólitas experiencias visuales , arraigadas en el romanticismo gótico , con protagonistas que se desdoblan en monstruos , en seres deformes y malsanos, en antihéroes que se debaten entre la agonía y el amor loco, la necrofilia y la ternura, la violencia suicida y el crimen pasional, la insana poética y el recato moral. Entre sus fotogramas se cuelan cientos de pliegues cinematográficos, inmortales hasta la fecha, imágenes refractarias, incomparables y mil veces fusiladas, gazapos formales, incomprendidos y subestimados, mensajes crípticos y laberínticos como un primer plano de una huella digital. La ley de Lynch es un efecto de la constitución expresionista, al igual que el manifiesto Dogma y la pena de muerte decretada a los rebeldes con causa que descubren la corrupción del mundo en las películas negras como Tres Noches. Fernando Venturini desnuda a la capital en su deterioro moral , exhibiéndola en paños menores de descomposición a escala general. Para el autor, Caracas es una red patibularia , donde el plomo revienta es un cuento viejo y la muerte acecha en cada esquina. La complicidad es absoluta y omnipresente cuando el hampa común trabaja a las ordenes de los sospechosos de siempre, y nadie confiesa conocer a nadie. El destino de los integrados , los que callan y corren la arruga, los que bailan mientras el techo se les cae encima, los que ríen por no llorar, los que veneran a Picasso y acusan al iconoclasta, es la inmortalidad en un eterno retorno del vacío. En cambio , el futuro de los apocalípticos es el fracaso, la desolación y el exterminio. |
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Once cineastas que definirán el cine del próximo milenio (y III)Arbitraria y personal como todas las selecciones, está lista no pretende ser definitiva o absoluta; viene determinada por lo subjetivo y visceral, aunque, como toda representación, se aproxima a la realidad. Por razones de espacio no están todos los que son, algunos treinta directores, por causa del medio el perfil de los elegidos se desarrolla de forma tan breve como rigurosa.
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