ALTERNATIVA. Desarrolla el alternativismo. Ésta técnica consiste en derribar todo lo existente para suplantarlo por un nuevo mundo, urgente, creado de la nada. De ese caos surgirá una dinámica que creará sus propias leyes. A todo proyecto chapucero, sin experiencia, de mala calidad que abordes, denomínalo "alternativo"; prensa alternativa, verbigracia.
AUTORITARISMO. Cuando la "masa" no tenga la suficiente sumisión para cumplir tus deseos, ejerce la fuerza violenta de tu autoridad. El autoritarismo se va tejiendo en el ejercicio cotidiano del poder. Para sofocar la peligrosa disciplina crítica que hace actuar a los individuos en atención a valores racionales de interés colectivo, debes apelar a la vehemente firmeza de la relación sin intermediarios líder = masa, la cual debe ser fuerte mientras permanezca compacta. Elimina la capacidad crítica y eliminarás posibles dificultades a una relación perfecta.
CARISMA. Fabrica en la "masa" una imagen ideal de ti mismo, a partir de valores íntimos y generales. Conviértete en su espejo y serás la feliz culminación de un camino que, al igual que en sus casos, estuvo signado por las frustraciones. Llega a la política sin haber cultivado el oficio, gobierna sin experiencia, habla de todo sin saber de nada, desedeña al "experto", denuncia sin pruebas, reta y amenaza sin respaldo. En estas características se verán reflejados los "elementos de masa.
CIUDADANO Y MASA. Anula al ciudadano y fortalece a la masa. El ciudadano discierne, critica, fiscaliza la función pública, mientras que el elemento existe mientras pertenece a la masa. Hazle saber que al disentir quedará automáticamente excluido. La "masa" respalda de forma automática; en compensación, el poder le deja hacer: "Ustedes no me exigen y yo no les asigno responsabilidades", es el único pacto que puedes permitirte. Este pacto es particularmente ventajoso en aquellos que viven al margen de la ley, o que no tienen la suficiente cultura de respeto a la norma colectiva y la necesaria disciplina para vivir dentro de normas de interés colectivo. Cultiva esa masa; será tu salvación.
CULTO AL MARGINAL. Idealiza al marginal, en el estricto sentido sociocultural del término. El soldado ideal de tu batalla es aquel que, saltándose las formas convencionales, saltándose las reglas del aborrecido stablishment, logra las metas ambicionadas. El que está al margen marginal, el outsider, el que está en el borde, ofrece un atractivo arquetipo para los que apuestan por un camino no establecido para alcanzar las metas soñadas, por el que buscó el atajo.
EMOCIÓN Y POBREZA. Es fundamental dirigir tu discurso a la emoción de la masa. Ésta suele entender la política de forma básicamente emotiva, lo que dificulta la posibilidad de hacerlos dudar en su fe en ti, mientras cumplas sus expectativas emocionales. Si triunfas en esto no tienes por qué pensar en sus expectativas racionales. Las permanentes alusiones escatológicas de la retórica emocional son una constante alimentada por la ruinosa violencia del entorno. Manténlos pobres y los mantendrás violentos.
GUSTO POR LA VIOLENCIA. Valor supremo de un autócrata es la violencia. Al igual que el militarismo, el gusto por la violencia es característico del sector menos ilustrado de la sociedad, por lo que debes explotar esa condición con el fin de conducir a la "masa" contra un permanente enemigo imaginario. Privilegia, en concordancia a esto, al militar por sobre el artista. Este sólo ocasiona problemas, mientras que aquel, como los delincuentes, se labran su futuro usando la violencia, jugándose su destino en terrenos donde vencen los más duros. Esos son los imprescindibles.
LÓGICA DEL BLANCO Y NEGRO. Es la lógica que emplea la emoción. Un poeta que luego se haría chavista reprochó agriamente una versión balada del Himno Nacional, argumentando que los himnos son himnos y las baladas, baladas. Una chavista que luego se haría diputada, requerida su opinión sobre las agresiones a mujeres por parte de efectivos militares, inquirió "¿y quién las manda a enfrentar a uniformados?". Efectiva lógica de la simpleza, del blanco y negro. ¿Muertos? "No se metan en líos y no les pasará nada" ¿Abusos? "¿Y los abusos de los otros qué?" ¿Derechos humanos? "Respeten para que los respeten". La lógica del blanco y negro es ideal para afirmar, no para escudriñar en las complejidades de la realidad. Desconfía de los "pensadores" que todo lo enrollan.
NEGOCIAR. Sataniza el término "negociar". Colócalo en un rango indigno, equiparable a otros como "claudicar" o "rendirse". Reitera en la "masa" la concepción de que la política es mala en sí. Y, al desechar las características de la política convencional: negociar, consultar, equilibrar el poder; ejerce la autoridad con herramientas más prácticas: imponer, excluir, concentrar el poder.
PEREZA MENTAL. Cultiva el raquitismo intelectual. La apatía y la pereza mental de la "masa" te fortalecen. Y para lograrlo, asegura un clima en el que la falta de disposición para el análisis informativo, la falta de capacidad para desentrañar los complejos códigos de la realidad, se conjuguen con un hábil descrédito de los centros de acopio de información. Si logras esto lograrás que el "elemento de masa" entregue un cheque en blanco a su exégeta de la realidad: tú. Así, no se ve en la necesidad de pensar, pues se limita a creer exclusivamente en tu versión de los hechos. Procúrale una ausencia de estructura económica estable. Con esto lograrás que tenga que dedicar la casi totalidad de su tiempo productivo en la búsqueda del sustento, lo que hará que considere la reflexión del acontecer político como un lujo burgués, limitándose a tener fe en tu versión de la realidad.
PERTENENCIA DE CLASE. En teorías anteriores se le conoce como "consciencia de clases". Otro de los mitos al que debes recurrir sin pudor es que los pobres son una casta: la más digna de todas. Con él mantendrás de tu lado a la "masa", que será el bastión estratégico que sostendrá tu legitimidad. Debes repetir siempre la idea de que "a una clase se pertenece". Esta convicción es particularmente necesaria, por cuanto niega el deseo de superación en los que sienten tu cobijo, los cuales supondrán que ninguna forma de evolución económica justificará pasar al bando de tus enemigos.
PROTAGONIZAR LA HISTORIA. Una fantasía recurrente que debes alimentar es la de llamar a la "masa" a hacer la Historia. No en balde, toda revolución promete montarse en "el carro de la Historia". Estar con el "proceso", o el nombre que le des a tu proyecto autocrático, es una forma de agenciarse un espacio en él, con ideas más abstractas, imposibles y grandilocuentes que, por ejemplo, mejorar la calidad de vida. Así te garantizas una eterna búsqueda de utopías que nunca se alcanzan. Prometer cosas tangibles es fiscalizable: prometer la Gloria no.
REDENTOR. Explota la imagen del redentor. Este es un elemento arquetípico muy útil al que debes echar mano. Forma parte del imaginario judeocristiano que formó a nuestros pueblos, cuyo personaje principal vino al mundo su modesto origen no indicaba acerca de su elevada tarea a redimir a la Humanidad, especialmente a los más pobres y explotados, a los olvidados; y fue rechazado, vilipendiado, atacado y por, último, aniquilado. Y la paradoja de su historia era que, los que sabían quién era lo negaron a consciencia, y los que desconocían quién era lo negaron inocentemente. Vino a redimirlos y lo atacaron. A partir de esa historia te garantizarás el respaldo de la "masa" cuando la disidencia enemiga señale tus errores.
RESENTIMIENTO E INSTINTO CRIMINAL. Combinación perfecta para el nuevo "ejército", ese que algunos teóricos llaman "ejército del pueblo". Indistintamente del apelativo que tenga esa fuerza de choque, debes cultivar estos elementos, los cuales, para que sean efectivos, deben ir de la mano. Esta combinación, que siempre ha existido, adquiere mayor eficacia cuando se le ofrece una plataforma oficial de operación. El delincuente "oficializado" es más económico y más discreto que el funcionario delincuente.
TEMOR A LA IDEA AJENA. El autoritarismo es la consecuencia lógica de la actitud reaccionaria de una estructura mental que no tolera la idea ajena. En ausencia de musculatura intelectual, y ante el temor de la poca flexibilidad de las suyas, el "elemento de masa" se aferra a ideas sencillas como dogmas: "digan la verdad", cuando se desnuden las faltas; o "respeten la constitución", cuando se actúe en contra de tus intereses, son ejemplos de un accionar que es capaz de desembocar en violencia si se contradice. "Nosotros fuimos golpistas de la luz, mientras que los otros fueron golpistas de la oscuridad", afirmó un líder golpista a la prensa extranjera, en una clara muestra de ese tipo de razonamientos.
VALORES BURGUESES - VALORES REVOLUCIONARIOS. El colectivismo es una tempestad, mientras que el colectivismo es un "mar de felicidad". La comodidad, el confort, los deseos de superación, la inocente vanidad, el consumo, el esparcimiento, el arte en general, el pensamiento y la creación, el existencialismo, son valores "burgueses", individualistas, que debes suprimir paulatinamente para dar paso a los supremos valores colectivistas, encargados de anular el individuo, y con él, el sentido crítico, la capacidad de disidencia. Sólo acabando con los valores burgueses, lograrás "la masa" feliz.