[an error occurred while processing this directive]




   

Humedad crepuscular

Un día más a la manera del agua
creyéndonos los dueños.

Sospechamos cuál es el origen del oleaje
pero no sabemos nada de la playa,
no llegamos,
seguimos donde la voz ha muerto.

No nos damos cuenta
de que bebemos lo mismo
pero con distinta sed
y nos vamos hundiendo
en la costumbre de hacer remolinos
a ver si salimos a flote.

-Ana Beatriz Corona
<[email protected]>

   
     



Nocturna

“No soy yo quien escucha
ese trote llovido que atraviesa mis venas”
-Oliverio Girondo


Cae la tarde
El sur que se divisa como nunca
Lanza sus misiles púrpuras sobre la melancolía
Y colapsa
La niebla traerá una noche espesa
De humo, que distrae los sentidos
Que atraviesa volátil, la vigilia
Esos extraños giros hasta rendirse sin dormir

La sombra se deslizará sigilosa
Rozando los bordes
Inventando espejismos
Reflejos de una luna trémula
Demasiado cálida
Sobre los trofeos de hielo
Se tornará translúcida
Esta noche...húmeda
Mientras persistan los brillos
Se convertirá en lluvia
(inevitablemente)
Cuando aclare

   
 
 
 



 
 
 

indigesto en la asfixia
picado por los
mosquitos de la banca intermitente
que en rincones inescrutados
recibe el asiento común de todos
y cada ninguno
otro que en ausencia
diagnostica opera mueve
las piezas
cambia los papeles
simulando una columna
a falta de caracúes

la forma del guisado
la forma
pretendida de su suprabuenaconciencia
montada
en los pliegues últimos de la carne
en las arrugas de los pelos
en el fuero de los poros
la forma
es relicaria y plegable
para a la hora de dormir
guardarla bajo la cama o
en un rincón cualquiera de la casa.

-Fernando Barrera
<[email protected]>

 



Vestigios profanos
de aquellas horas,
de aquellos momentos.

El anhelo es herida abierta
y el retorno seduce
cada segundo en sutil agonía...

Recapacito celosamente pero,
solo es pretérito el deseo
inquebrantable, solo la amarga
angustia de saberse prisionero
del presente; ¡realidad abyecta!

Desempolvo los sueños
bajo el helado manto
del ahora,

para que surja nuevamente
la balanza dicotómica
del "yo"...

Por ello, son nada más
que incrustados vestigios,
profanas esperanzas...,

ya las horas consumidas.

-Alejandro Riera
<[email protected]>

 
 







¿qué?

árboles caídos,
vidrios rotos,
amaneceres de luna.

hoy se,
que solo yo los vi.

nubes pasajeras,
y al pasar,
queda sólo,
el cielo,
con su azul.

-Humberto López
<[email protected]>





Ni siquiera confío en que el borde de la taza esté limpio

Tú, osadamente, lames el fondo
mientras hablas de anarquía.
A mí sólo se me ocurre pensar
en cuántas bocas estaré besando
mientras me tomo este café
(secreta lucha con mis manías
y el eterno intento de no hacerme de todo un mundo)

Hablamos de las complicaciones
de vivir en nuestra época
y te ríes, nos reímos,
evitamos la angustia
pero seguro que moriremos más jóvenes.

Nadie se da cuenta
de que el agua caliente y la espuma
no borran lo que se ha dicho tantas veces
en una tarde de sol, con olor a café,
mirándose a los ojos
deteniendo ciertos instantes
para que todo siga su curso.

-Ana Beatriz Corona
<[email protected]>

 
 






Centros cardinales

El norte:
la razón del ser
el alma del ser en la estrella gigante

La noche, el noble
la ninfa, la niña

La nave en la negritud de la naturaleza
el nervio de la nana
un nido de nácar y niebla
una nube noctámbula y nueva



El sur:
la otredad del ser
el alma del ser en el adentro de la cripta

El sexo, la sextina
el sacramento, la saeta

El saco salvaje y sagrado
la salve a la santa
un sueño de sonidos surrealistas
un sol submarino, sumergido en sollozos



El este:
la izquierda del ser
el alma del ser en el amor

La energía, el éter
el espacio, la estrella

La espada en la espalda
el espejo con escrúpulo erótico
una estancia de esencia de eucaliptos
un encaje enlutado, el eje de la existencia



El oeste:
la derecha del ser
el alma del ser en la fuerza

El ocaso, la obra
el óvulo, el olfato

Una ofrenda de olores oníricos
un octeto de orfebres de ópalo
el océano en el óculo oscuro
el ostral en el ojo de la ondina



Al norte, la razón
al sur, el sexo
al este, el amor
al oeste, la fuerza

Tú:
en el centro

-Laura Morales Balza
<[email protected]>





El mundo no es mi mundo hoy

Un día para una muerte
Y un mundo para olvidar.

Un despertador humano
Para avisar del comienzo.

Una ducha para ahogar
Al sueño frente al espejo

Caigo dentro:
Una mano golpea

Una puerta. Me busca
Y me salva de un trámite

Demasiado mortal.
Un deseo de bienestar

Para engañar,
Elocuencia barata

Para contagiar de
Ilusiones no menos falsas.

Una madre y dos hijas
Para ahuyentar

Una mirada glacial
Para desaprobar

Colectivo y tren
Para penetrar en el ancho mundo

De la puta modernidad.
Una estación bajo el sol

Para evocar lo efímero
Que no es memoria

Un chico grande,
Dos conscriptos

Para inflamar
Al sol lastimoso que

Sangra desde el cielo
E interrumpe cualquier perfección

Un numero 28 para viajar
Como los animales, al matadero

Un estribo, un pasamanos
Y un brazo del cual colgarse

Mis sueños, densa y
Dolorosamente alcanzados,

Son extirpados, robados
Para siempre.

En este instante alguien se ríe,
Alguien se burla

Y su risa solitaria o compartida
Busca, desesperada, algún sentido.

-Ezequiel Romero
<[email protected]>

 




[an error occurred while processing this directive]