[an error occurred while processing this directive]



   

Menos de cinco minutos



   Perla negra, tema clásico de Yordano di Marzo, indispensable a la hora de la fogata con guitarra en la playa, recita en su letra:

La cama todaíia caliente
quién sabe cuanto sabrá
y en menos de cinco minutos
dejo mi aliento
en un cuerpo cansado
de tanto rodar.


   Ruben Blades, algún tiempo más tarde, al presentar en su disco en vivo la “Canción del final del mundo”, comenta que a un misil le toma cinco minutos impactar tras el lanzamiento y que en esos cinco minutos no hay gran cosa que uno pueda hacer. Alguien del público pícaramente le comenta que sí hay algo por hacer. Rubén le replica, aun más pícaro, “si lo tuyo es de cinco minutos tienes problemas”. Risas generales.

   Hay cosas que se pueden hacer en cinco minutos. Hay cosas que salen mejor si uno se toma su tiempo. Y a quienes se toman el cada vez menos frecuente trabajo de respetar la evolución de las cosas, se les agradece que lo hagan. Kubrick y sus silencios desesperantes a tiempo real, el mismo Rubén y los crescendos de temas como Buscando América. No es algo que uno pueda disfrutar siempre, pero que cuando finalmente uno se toma la pausa, agradece mucho que cosas así existan. El problema, para mí, es que en menos de cinco minutos (y no solo hablo de música), difícilmente se podrá crear una evolución emocional. White rabbit, de Jefferson Airplane es el gran contraejemplo, pero son contados.

   En ese orden de ideas, anticipo que no es mi intención comparar a Colplay con los mostruos del párrafo anterior, sino destacar la rareza de A Rush of Blood to the Head, un disco en el que casi todos los temas sobrepasan los cinco, cosa por demás atípica en el massmediatizado - mercado- contemporáneo - global - de - optimización - de - la - producción - de - temas - radiales - de - tres - minutos - y - digestión - inmediata - que - sirvan - para - cubrir - el - gap - entre - una - propaganda - y - la - otra.

   Acerca de A Rush of Blood to the Head, me apresuré a decir que Coldplay había publicado el mejor disco de U2 después de Achtung Baby. Tuve la suerte de verlos en Munich en 2002 y se me parecieron a U2. Parachutes me sonó a U2. La voz de Chris Martin me sonó a la de Bono. Buckland me sonaba a Edge. Pero hay más dentro de ese disco blanco en el que un hombre digital es erosionado de la portada.

   A Rush of Blood to the Head es una inmersión en otro mundo. No daré demasiados detalles. Este artículo es algo así como un dato del mes que me salió muy largo. Además, el disco es suficientemente popular como para que no tenga que hacer descripciones muy largas. Sólo podría decir que es un trabajo muy bien balanceado en el que las cosas llegan a tiempo, como en las películas de Hollywood. Politik es un comienzo enérgico y un adelanto de lo que viene: la batería y el piano son golpeados de manera sincopada y tras medio minuto de ruido, viene una pausa vocalizada y dulce, como si una calma siguiera a una rabia y finalmente, a los minutos, el tema decanta en una frustración, en una profunda tristeza.

   De esa tristeza nos rescata sin mucha euforia In my place, vínculo obvio con Parachutes, y más tarde The Scientist nos hunde de nuevo en el guayabo infinito. El ave fénix de Clocks (algo así como “el mejor tema de U2 del año”) da inicio a otro disco, más ecuánime, pero en el que cada tema denota libertad de composición. Claro, si este es su mejor y más libre esfuerzo, a Coldplay le falta crecer aún un poquito para no quedarse a medio camino entre Travis y Radiohead (me refiero a que cualquier persona que tenga que rimar space con space o que no logre sostener el comienzo genial de The Scientist, aún no ha dado todo lo que tiene, espero).

   Los últimos tracks del LP son refrescantes, un outro largo y sencillo que va del country al dream pop con naturalidad y sin mayor pretensión sin dejar de lado la calidad. Eso si no lo podrá negar nunca nadie: hoy día, pocas bandas son tan profesionales como este cuarteto británico.


PD: el editor de esta revista, ejemplo vivo de tolerancia democrática, no está de acuerdo conmigo. De hecho, piensa que Coldplay es un cuarteto de mariquines. Cold pussy, los llama.

Pueden insultarlo a su cuenta, [email protected]

   
 



All you got to do is slow down
Morcheeba - Charango

   “When the day is through / all you got to do is slow down” recomienda suavemente Skye Edwards en la pista 1 de Charango. No es en vano, pues está a punto de interpretar cuatro temas que podrían sentar la tónica para el descanso de un viernes en la noche, mientras termina el atardecer en la ciudad y se preparan los asuntos de la noche.

   El tema homónimo, con tres minutos de funk y la voz de Pace Won, pone las cosas en movimiento, quitándole momentáneamente el protagonismo a Edwards. Luego, Kurt Wagner ambienta What New York couples fight about y después la voz de Skye vuelve, seductora, prolongando el final de cada frase, pidiendo “Undress me now / you know how”

   Fragments of freedom, el disco anterior, dejó a algunos seguidores, incluyéndome, con esa sensación de que estábamos escuchando el último intento desesperado de Morcheeba por escapar del sonido muerto y enterrado del trip-hop. Fragments resultó ser un experimento desigual, con intentos crudos de R&B, hip-hop, acid jazz y dos desastrosos temas de soul (Love is Rare y Rome wasn’t built in a day) que luchaban contra la voz de Edwards y mataban el sonido del grupo.

   En retrospectiva, Fragments fue un disco de transición para llegar a Charango con un sonido ligeramente distinto y tan bueno como ese tour de force estilístico que fue Big Calm.

   Los experimentos sin embargo no están ausentes. Slick Rick hace un rap de la vieja escuela, de esos que tenían estructura narrativa y humor negro, en Women Lose Weight. Y en Get Along Skye Edwards comienza con un aire a Sade, luego Pace Won interrumpe con unas rimas y después el tema se transforma en algo salido de los 70s, si hubiesen tenido mejores equipos entonces.

   Public displays of affection, la penúltima, es mi favorita, por ahora, quizás por el coro pegajoso, o porque el tema me toca, o por esa necesidad imperiosa de correr y buscar a esa morena que canta:

“They're for all to see
Selfcontained lovers
Welded orally
No run for cover
I'd join in the fun
If I had someone
But it seems I'm undone”

...y decirle en mis brazos “tranquila, all you got to do is slow down”

-Daniel Pratt
<[email protected]>

 





[an error occurred while processing this directive]