Decálogo del perfecto tirano
1. Conságrate a la lucha por la pobreza y ofrece siempre el beneficio de los pobres. Los pobres deben ser tu causa y razón. Sin ellos no serías tirano. Cultívalos y reprodúcelos, cuidando rigurosamente que nunca se disipe su ignorancia e ingenuidad, que son la clave de tu éxito.
2. Asume siempre la defensa de la mayoría, y actúa en nombre de ella. La voluntad general es la piedra angular de tu poder. Siendo el ejecutor de la voluntad de todos podrás eliminar fácilmente a tus más concretos enemigos. Eso sí, procura que éstos no reúnan nunca sus propias voluntades.
3. Pregona siempre la normalidad, hasta que sientas tu cuello en peligro. Tu tranquilo mensaje debe convencer a la multitud de que tu tiranía es perfecta.
4. Mantén siempre el vigor de la verdad, sin importarte los hechos. La verdad es una estrategia. Ejércela libre y astutamente.
5. Ten siempre la cara dura, sonríe. El tirano perfecto debe ser la muestra viviente de su perfección.
6. Desoye el qué dirán. Un tirano decidido es inquebrantable en sus principios, hasta que sus principios apuren su propio final.
7. No importa cuántas multitudes clamen en tu contra, ten presente que eres el conductor elegido, y que sólo tu luminoso designio puede regir el destino de la Patria, hasta que la Patria aguante.
8. Ten siempre un buen avión a la mano. No sabes cuán lejos habrás de viajar en tu fuga táctica, más hoy en día, cuando el mundo padece una escasez de auténticos tiranos.
9. Sé buen gerente de la violencia. Hazla germinar paulatinamente, y deja que ella sola vaya cegando las pasiones desenfrenadas de los hombres.
10. Vacila antes de sacrificar a la multitud. La sangre trae malas reputaciones y cierra las puertas de los grandes bancos.
11. Ten preparado un buen discurso de despedida, escrito preferiblemente por algún experto. Promete el retorno victorioso y la absolución de la historia, cuyos efectos retóricos han prestado otras veces valiosos beneficios a la práctica tiránica.
12. Guarda siempre tu buena conciencia. Pase lo que pase, sé firme en tu convicción de que has hecho lo mejor por el bien público. En el curso de diez o veinte años los pueblos olvidan, y es probable que en cualquier momento ganes una nueva elección.
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Cupo el agua pero no la rosa
La ceniza es el olio de los condenados
y es la única nostalgia lo posible
Si se recuerda la hierba
Se reconstruye
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Dos veces más
y los perros persiguiendo la carne
sin fronteras
El recuerdo de la sangre obliga
La sombra permanece sonriente en los
hombros del poeta
que busca la lágrima y espera
otra vez
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Troisième année.
N° 34
Mai 2002
Au sommaire de ce numéro:
Están atacando por todos los flancos
Tanta gente
haciendo sombra sin malabares, ruidosos y certeros
Se levantan lanzas, se resquebrajan corazones
formando las barricadas
Hasta aquí es sólo turismo de anacronías
Keep Walking, nos decimos,
Aunque no entendemos nada.
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