El sueño de Psyché
La noche no era sino una barca
enredándose en las olas
los dos
como una vieja historia
de orillas en sepia
abrazados al umbral del amor
Nuestros rostros apuntando a diferentes
puntos cardinales.
Amarrando tu vientre a mi espalda me hacías algo
tan remotamente parecido al amor
mientras mis ojos nadaban en el
pozo tibio de la tristeza y la camanchaca
vadeaba mis pezones
luego...
la dulce hendidura
la presión de un viento fiero
Contra el regazo de un mar cóncavo nadaban los pájaros
nubes desterradas de los cielos
En ese mar blanqueado por el viento
gritas al llegar a la cima de la selva
de mi rostro
Por las ventanas abiertas del amanecer
el llanto aumenta como un niño amamantado
bajo la luna creciente.
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Todo el día en la playa esperando tu llamada, hasta las palmeras andaban preocupadas
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¿Podría ser esto más perfecto?
¿menos olas y el agua más caliente?
la brisa moviendo tus canas y tus ojos claros
sonriéndole al sol
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Número 26 Septiembre de 2001
En este número:
Sigue lloviendo en Byron Bay
/ el mar debe haber subido de nivel de tanta agua /
Comenzó la mutilación de mi cuerpo
yo no tengo amigos, sino que me los imagino
La segunda parte, apuntalada en el desamor. No logra equilibrar la fuerza del comienzo
De tu blancas manos,
de la sal que se escapa de tus ojos, del horizonte detenido a tus pies.
EL MAR Y EL CIELO ERAN BLANCOS TODO ERA BLANCO CIEGOS Y TODOS PINTARRAJEADOS A PESAR NOS CREIMOS INMORTALES EN LA VIOLACION ENLOQUECIDA DE DIOS
un vaho de mar antiguo y una avalancha visual
Si uno tiene suficiente valor para simplificar puede ver que la vida, con certeza, tiene fin y no hay posibilidad de prórrogas ni alternativas de prolongación del tiempo propio
Volveremos a empezar,
desde el principio
una, dos, tres veces, cuatro...
¡y todas las veces que haga falta!
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