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¿Quién quiere ser Millonario?
Vengo de verlo. Es enorme, tal como me habian dicho. Fué durante mi etapa de preparación cuando lo ví por primera vez, siempre ahí, minúsculo en la esquina superior derecha de la enciclopedia, casi imperceptible, al punto de obviarlo por completo. "Guerra" era lo que me interesaba por aquel entonces, la categoria que deliberadamente habia escogido. De nada sirvió tanto saber, todo lo acumulado durante cada Miércoles de 7 a 8 en transmisión nacional, todo se desvaneció al sonar el timbre. Lo único que gané fué este conocimiento, ahora inútil, que no sorprende ni interesa a las putas junto a quienes duermo. Sí les sorprende cada vez que, entre sueños siempre recurrentes, me sacudo gritando: - ¡Guernica!...
-¡Guernica!...
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Hoy los pensamientos me han amanecido insistentes. Lucho a sangre con mi tristeza: es tu manera neurótica de fumar, tu manera nerviosa de aspirar pequeño, dando sorbos cortos con los labios apretados, chupando con una fuerza que hace estremecer tu cabeza, como si con el aliento pretendieras exorcizar al cigarrillo.
Pronunció su nombre con la fuerza incontestable de la corriente que empuja el agua de un río en una dirección y no otra. Anna. Nombre de espejo.
Senos blancos.
Rojos.
Siempre agudos.
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