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Top-5 lugares donde estar mientras cae el gobierno
Top-5: s. Lista arbitraria, extremadamente personal, hecha por un colaborador de Panfleto Negro.
O.
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Pedro Enrique Rodriguez
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El lugar perfecto es crearse un propio mundo en el cual nada esta sucediendo. Para ello lo mejor es utilizar el televisor sólo como una extensión necesaria del VHS. No se deberá maltripear si hay cola o paro o qué se yo qué, pero generalmente, si uno se muda cerca del trabajo, sólo sale de dia y baja a tomar cerveza sólo en el perimetro de seguridad que rodea la casa, las probabilidades de ver cosas que nos saquen de nuestro mundillo artificial son pocas. Radio, sólo la necesaria y de fondo, asi, lejana. Hay que seleccionar bien a los panas: una reunión de cervezas bien puede terminar en una discusión acerca de política. Aún panas que sólo se refieran a que su poder adquisitivo ha disminuido lo pueden sacar a uno de ese frágil mundo ajeno a la realidad. Asi que lo ideal es crear esa burbuja en equipo, como todo. Uníos y vencereis. Si hacemos una burbuja muy grande, sólo Dios sabe lo que pasaría. Qué maravilla imaginar que un porcentaje importante de la gente sencillamente deja de pararle bolas al pais. Puede ser una verdadera revolución. Podemos terminar por tumbar el gobierno sin proponérnoslo.
Del resto, da casi lo mismo. Afuera del pais no es bueno, porque se lleva una sospechosa, falsa y martirizante doble vida que lo hace sentir a uno culpable e incómodo, mientras nada de lo que sucede realmente nos afecta.
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El mejor lugar para estar mientras cae el gobierno es, sin duda, a las puertas del palacio de Miraflores. Sin embargo, de ése privilegio gozarán, apenas, los nerviosos y sudorosos lacayos que llevarán sobre sus hombros las maletas de billetes, los muebles, los cuadros, algo de servilletas y cubiertos. El segundo, creo, debe ser en mitad de la autopista Francisco Fajardo, después de terribles, desaforados días de vigilia ininterrumpida, apunto de la deshidratación, y escuchar la noticia por un radio transistor en frecuencia modulada, como quien ve un espejismo a la vez que fija su mirada en el cuerpo grácil de una voluptuosa marchista. El tercero, se me ocurre, podría ser justo en una fiesta, en la madrugada, en el momento en que se baila una canción de La Dimensión Latina y alguien, desde una mesa lejana, grita la noticia con una botella de champagne en la mano. El cuarto, al despertar de una mañana con un sueño intranquilo. El quinto, tal vez el mejor, es en alguna isla griega, sentando junto a una terraza con vista al mar: leo el periódico, descubro la noticia, bebo un sorbo de café, sonrió con la risa dulce y benévola de toda sana revancha ante lo escabroso y lo fútil.
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Jesús Nieves Montero
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Enio Escauriza
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1. Si las cosas se ponen feas me gustaría estar en casa de Rangel padre porque allí todo estaría excesivamente normal
2. En casa de mi familia en en Zulia porque la celebración sería grande cuando se acabe el secuestro de la industria petrolera
3. En Globovisión a ver de qué es capaz una periodista sexy emocionada
4. En la Orchila o Turiamo para evitar nuevas "confusiones" y/o "dudas"
5. En el bunker donde Jesse Chacón, como el ministro de información iraquí, dirá hasta último momento que ellos siguen tan fuertes como nunca, para no perderme una de las mejores actuaciones del siglo (no sea que no logren transmitir)
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Enumeraré por una costumbre tonta de pensar que cuento. Uno: sí el gobierno o cualquier objeto frágil del poder al fin se cayera, quisiera coincidir con este grato final en una venta de dátiles, es harto conocido lo que el dátil rejuvenece los intestinos, se sabría para ese momento que hay algo que se empieza a curar. Dos: la buscaría a ella, me encantaría charlar con su madre y saber como se siente tantos años de no tener razón. Tres: al frente. Cuatro: en el cerebro del caído, saboteándole el bar de Las Neuronas haciéndoles creer que todo estará bien, todo estará bien. Quinto: En Magdajfistar un país donde se reúnen los goberneros y cada cinco minutos se le condecora a un gobierno recién caído y a sus gregarios con la obligación de gozar un fin de semana gratis siendo el setenta por ciento pobre de la tierra, los niños de Africa, los de la calle, los no nacidos.
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Héctor Torres
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Gustavo Mérida
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(en estricto orden de apetencia)
1.- Visitando a mi amigo Luis Nouel, en España, exactamente al inicio de una estadía que va a ser de al menos dos semanas.
2.- En cualquier lugar del mundo, recibiendo un premio, con la oportunidad de explicar a la prensa y a los interesados que, ciertamente y a pesar de lo que puedan decir los voceros gubernamentales, es uno de los momentos más felices de un altísimo porcentaje de la población.
3.- En una reunión extendida (es decir, en la que se aceptan invitados) del Flaming Circle, prefereiblemente tomando cervezas y degustando de una deliciosa parrilla, en la terraza de Pratt. Esto por tener con quien compartir las infinitas, inteligentes, inútiles y sabrosas conjeturas con que vamos a aderezar el momento.
4.- Profundamente borrachos, en una reunión del Flaming Circle, en el mismísimo centro oficial de reuniones, cerca de las dos de la mañana. Este escenario por lo surrealista, por lo patético, tan acorde con nuestra historia misma.
5.- En cualquier lugar que no sea la avenida Sucre, a la que le esperan al menos dos semanas de saqueos, fuego y crimen, de parte de los adeptos del régimen, quienes intuirán que como dice la charanga, los vecinos le cantarán: se te acabó el jamón, tienes que trabajar.
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1. Año 2005: Comiendo sardinas en lata con arepas, ya que están a punto de vencimiento. Voy de casa en casa, alrededor de las ocho y media a.m., para que ninguno de mis panas se sienta excluido. Fecha de compra, según facturas Makro: Diciembre 2002-Agosto 2003, porque las hordas chavistas van a asaltar las casas de los demás, de todos los demás, van a invadir, etc.
A estos panas les da sentimiento botar la comida.
2. Ya va a caer, ahoritica es. Mientras, termino de recoger las pancartas, gorras, sostenes, pitos y demás chismes "de moda" que mis panas me donan, luego de desayunar, para el museo de la Plaza Altamira; valor de la entrada: Una firma. La empresa Súmate está siendo investigada por el acaparamiento y posterior reventa de entradas.
3. En el planetarium del Parque del Este, viendo a Marte brillar, el cielo despejado, el telescopio medio oxidado, con la siguiente inscripción: "Aquí estuve yo, no te soporto, Chávez vete ya, vete para Cuba con tu novio Fidel...(sigue en el telescopio de al lado): ¿Es qué no te das cuenta? No te queremos, somos más del ochenta por ciento...
Triste, miro el cartelito, medio oxidado también: Favor no rayar los telescopios.
4. Colaborando con Luis Manuel Fernández, quien, arrepentido, invirte todos los dólares del premio Rey de España en la terapia de Héctor Torres. Este gran comunicador continúa gritando que "varios pistoleros dispararon contra una multitud pacífica que se dirigía al Palacio de Miraflores, y eso valió a un equipo reporteril el premio Rey de España". Mi colaboración se limita a presionar "play", "stop" y "rew" en el control remoto, ya que según él, es lo único que puede hacer alguien que tiene movido su resorte emocional por el discurso del todavía, en esta época, presidente.
5. Siempre he querido emprender un viaje por, o hacia el Sur. En carro. Todavía no arranco. Todavía no tengo el carro. Todavía no he regresado. Ya llegué. Y no se ha caído. Qué vaina.
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Daniel Pratt
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5. Dormido mientras una tanqueta intenta irrumpir torpemente en Miraflores (ser despertado con un Levántate que están tumbando al gobierno le agregaría emoción)
4. Recién despertado mientras la fuerza aérea bombardea Caracas y no atina ni un sólo objetivo justo el día del examen más aburrido de toda mi carrera universitaria.
3. Al frente, mientras la Guardia Nacional nos dispara, para que nunca nadie pueda negarme que eso ocurrió y salir con una de la belleza de la revolución pacífica y todas esas mentiras que se inventan los perros que están en el gobierno.
2. En mi casa mientras Caracas arde en febrero y el ejército y la policía matan a todo el mundo y nadie puede ver nada por televisión pero que bueno que tenemos comida.
1. Tomándome una cerveza con los panas que no arrugaron, que no les dio miedo salir a la calle, mientras el mesonero tiembla viendo la televisión y nosotros estamos absolutamente seguros de que no va a pasar nada porque en Venezuela nunca pasa nada, porque nadie tiene los cojones para tumbar un gobierno y los presidentes, ministros, diputados y demás mentirosos asalariados, no abandonarán el poder hasta que cuadren un negocio mejor.
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