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    Con sus muros pintados de angustia su tiempo de sobra sus letras con el ir y venir de su historia su espera incesante sus ansias con sus noches cabizbajas con su hiriente silencio su muerte callada con sus tantos desvelos con su escasa esperanza entre escombros de miedo se desliza tranquila en el rostro y suspira se marcha te enferma te abraza... soledad soledad y distancia.

-Antonio Andrade
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Enredadera

Despertar, colgados de una enredadera, huérfanos de tristeza, con la firme creencia de que mandamos sobre el ruido.

La fiebre nos guía por la ruta 5, infectada con las prolongadas esperas de los años, durante las cuales hacíamos y deshacíamos las flores perdidas, entre los dedos de la libélula que se posaba sobre la mañana siguiente.

Despertar, colgados de una enredadera, huérfanos de esperanza y llenos de alegría.

-Carlos Sánchez
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A mis anchas

Estoy en mi cuarto escribiendo, tratando de reírme de las debilidades de mis fortalezas y las posibles fortalezas de mis debilidades. Pensando como salirme de esta historia, aún no tengo claro que papel juego, si es que escribo o pronostico los puntos de giro.

Me asombro ante los conflictos de lo que pensé que era. De aquellas premoniciones diarias y mi actitud altanera al cambio. No sé si he cambiado o es que ahora soy quien siempre oculte ser. Si mis creencias eran simples altares para resguardar mi integridad, del probable desenlace de este fúnebre guión que hoy estoy redactando.

Me aterra pensar que me perdí en el camino. Que olvidé mirar hacia atrás para ver si mi sombra seguía fiel y con vida. Quizás mi cuerpo seguía a mi sombra. No sé. Ahora me arrodillo frente a mi ego sobreestimado y a la fuerza que creí tener. A lo mejor sólo estoy asombrada ante lo que creí imposible. Podría ser cualquier cosa.

Asesina, amante o simple indigente caminando por una historia ajena o de paso por mi propia vida. Quiero sobreestimarme de nuevo y creer que puedo vivir a mis anchas y reírme de las criticas y formalidades pendejas. De unos buenos días que no quiero dar, de gestos que bajo ningún concepto voy a devolver.

Al diablo con los comentarios. hago un lazo con sus sonrisas a media boca y miradas cómplices que tratan de hablar de mi comportamiento. No me importan. Pero me importan. Y es que perdí la noción de lo que soy. Algún amigo me dijo "sigues siendo tú". Trato de aceptar sus palabras y miro al espejo, tratando de convencerme que soy un reflejo pasajero, que terminará cuando me aleje del cristal. repito mentalmente esas palabras, para escuchar en el silencio de mi cabeza una posible respuesta a las incógnitas que yo misma elaboro.

Mantengo diálogos con personajes imaginarios cuyas voces salen de mi propia voz y sus pensamientos de mi garganta. Ahora quiero dejar de pensar en consecuencias inmediatas y a largo plazo que podría tumbar mi testa al suelo, a los pies de la hipocresía... de aquellos de los que pretendo reírme, aquellos que finalmente soy yo misma. los que importan y los que no.

-Carolina Padron R.
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