Conflicto Sentimental
Este día de lluvia París no fue amable contigo,
podríamos viajar a Sudamérica
a una flor que te espera con su perfume
y ese vicio de amarnos sea capaz de torcer cualquier conflicto
y tu nombre se ordene en la almohada de mi siesta.
Ella sabe qué recuerdo construyó esta historia,
una palabra en la primera página del diccionario.
El amor se declara culpable,
las caricias se atreven más allá de las palabras.
Convivo con su nostalgia que no sabe vivir sola,
sus ojos me restriegan el alma.
Algún día habrá tiempo para querernos lo suficiente.
País Vasco
La estación de San Sebastián se despoja de sus únicos pasajeros,
rostros que reflejan la tenue luz de un andén
el latido de un reloj que echa marcha atrás el minutero.
La noche cae como el vestido que lleva puesto
y mis manos vuelven a transitar por su cuerpo
con la existencia indesmentible
que su mirada viene de otro tiempo.
A una hora cualquiera de este verano
es posible que la lluvia tropiece en una esquina del cielo
deje en un café de Irún la silueta de un beso.
La nada silenciosa se adueña del país Vasco,
una habitación en el tercer piso del hotel Jauregui
instaura el aniversario de una despedida.
Un aeropuerto que no sabe de geografía
convive con la nostalgia del último vuelo.
Todo Momento tiene su Misterio
(No siempre el aire que respiramos será suficiente)
Reescribo en mi confuso inventario
un poema que se quiebra en tus labios.
Tu mirada me seduce de impaciencia
la guerra la perdí en tu cintura.
Antes de tí quizás no había nada,
antes de tí la vida fue un ensayo.
No sé en qué coordenadas hoy te sitúas,
bajo cuales estrellas te contemplo.
Necesito volver a respirarte
tras ese encuentro en Hondarribia,
traducir la fragancia de tu alma
y quedarme a la orilla de tu nombre.
Déjame llevarte hasta la que no fuiste
y no serás sin mí,
fusionarte en dos tiempos con un intenso deseo.
Toda historia tiene su misterio.
Prófugo de Ti
No imagino mis próximos días sin tu existencia.
La luna ingresa por una hendija
es la única señal de la noche.
Aparece la sombra y las hojas callan un secreto.
Puedo descifrar cada palabra en tus labios
ese antifaz que esconde tu tristeza.
La muerte se pasea por una calle padeciendo de vida,
lejano a mi...
nada fue como dice el insomnio
en su presagio de rumores.
Prófugo desaparezco en una copa vacía
y pregunto si aún me esperas
cuando despierte de este sueño.
En el Lado Opuesto
Me situaré en el lado opuesto de la melancolía,
la noche se sentará a mi lado
y vendrán otras noches caminando a pocas horas.
A escasos centímetros de mis ojos una lágrima muere,
hereda la osamenta de tu rostro
la temperatura confidencial de todas tus tristezas.
Tú que no eres promesa de nadie
sé mi amante en el aliento de un beso,
no pretendas olvidarme
ni confundir mi rostro
en el precario equilibrio de un sueño.
Silencioso el calendario dejará pasar dolores indemnes.