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La Sultana de los Poetas
Selección y diagramación de textos e imágenes
-Bárbara Fuenmayor S.
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La historia de la ciudad es una simple conjugación de verbos que vienen y van.
Somos, fuimos, estamos, somos.
Caracas en tres tiempos o en uno. O en todos
Aquí está la Caracas nocturna, salsa (o sal) de la noche
la ciudad de arriba y la ciudad de abajo;
la que oye mil lenguas distintas pero se entiende en una sola.
No dos ciudades, varias ciudades es la ciudad de Caracas.
Hay pues, varias Caracas, la de lujosas mansiones y los centros comerciales, la de los edificios verticales, "gavetas para guardar gente"; la de las quintas; la de las casas de las viejas parroquias y de las urbanizaciones de los años 20' y 30', relictus destinado a la desaparición; y la de los cerrícolas término consagrado por Angel Gustavo Infante- y de los orilleros y marginales de las quebradas que antes fueron ríos o flujos cristalinos.
Cuando Gardel Llegó a Caracas
Cuando Gardel llegó a Caracas, y yo
sólo era una invención acrobática
que saltaba en otros cuerpos,
vino porque yo lo llamé.
Esto no lo sabe nadie,
ni está en las antologías del tango.
La ventanita que aparece en su cabeza,
y que todos conocen
yo se la dibujé mientras
Dormía en el Majestic!
Recuerdo que robé su guitarra
y me fui a dar serenatas con los caballos
por los lados de La Pastora.
Después me perdí en la noche
y me encontraron cansado
veinte años
en el Km Sur
lamiendo teteros de leche desinfectada.
-William Osuna
(De: Estos 81)
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El Ávila
El Avila sin nieve y tanto sol enfrente...
El calor de esta tierra tan lejos de los polos
y los hombres sentados a la puerta
charlando con palabras de colores.
El Avila sin nieve a lo largo del año
y nuestro deseo de esquiar sobre sus cumbres
en las horas del hielo
cubiertos con bufandas ultramarinas.
El Avila en la fotografía de nuestros padres,
nítidamente recto
detrás de su mirada, como una raya
de horizontes remotos, inalcanzables.
¿No será nieve esa lenta ceniza
que ahora cae de sus rostros?
Y ese frío que sentimos al verlos
entre los marcos clavados sobre el muro,
¿no es el invierno al que llegamos tarde?
-Eugenio Montejo
"los cerros tienen la forma de los sentimientos"
Luis Alberto Crespo
(el mío)
De tanto verle
es (ahora) un tatuaje en mis ojos
-que dibujan en el aire su silueta-
y sin embargo,
que aparezca es el milagro
la sorpresa.
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Boulevard
Todas las tardes me dedico a deambular por esta bella ciudad de mierda
sin mayor orden ni concierto que recoger tickets de lavandería del suelo,
y contar toda la chatarra que consigo a mis pies
desagües, ancianos, naranjas,
adolescentes narcotizados,
talleres mecánicos, dientes cariados, ojos eléctricos,
ex boxeadores orinando la fachada de las iglesias
vendedores de fritangas y fresas oscuras
recitales de poesía en idiomas imprevistos
niñas líquidas que exhiben su ombligo de cristal
donde yo juego a encajar una esfera que no es el amor
ni siquiera el sexo, ni una uña de tigre de Siberia,
tropiezo con buhoneros, pensiones de mala muerte, perros rojos
de tanto ladrar
y corbatas dignas de un incendio
consigo hombres escarbando en la basura
buscando la última edición de la Biblia,
el mejor libro de autoayuda que ha escrito alguien
así gritan los pregoneros, así piensan los políticos en mitad de la orgía.
Esta ciudad es un concierto de rock
un desfile de largas piernas turbias con el nombre de la mujer que amo
un aguacero de putas viejas y mandarinas
un chirrido de crack en los pulmones.
Yo escupo sobre el plexo solar de esta calle
amanezco abrazado a los bomberos de mi urbanización
celebro mi hastío en los parques
los restos de alcohol que brillan en el suelo
el delirio de los vagabundos a las dos de la tarde
tus pechos que marean a un ascensor de hombres desesperados
mientras Dios golpea impaciente un teléfono público
y no puede comunicarse con los dueños de esta ciudad
¿quién le presta un celular, quién atiende su voz, su reclamo,
su grito de almanaque olvidado?
Por las tuberías circula el pensamiento unánime de todos
aquellos que se lavan la cara y ríen y duermen en esta bella
ciudad de mierda
y yo hundo mi rostro en este valle
y voy con mi mosca amaestrada sobre el hombro
con mi aspecto de peatón bautizado en aceite luna
flotando como una factura de hotel sobre los charcos del pavimento
donde un ejército de vendedores de ropa interior
y postales de la última navidad
gritan el precio de sus vidas desperdiciadas
y los minoristas de bluejeans proclaman el nimbo de su miseria
en sus propios huesos zurdos
y los astrólogos de supermercado, los porteros de los bares
los jefes civiles de la soledad
repiten la vieja canción de los crepúsculos
y la ciudad entera se derrumba
con la dulzura de los orgasmos caraqueños.
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El valle está lleno. La ciudad es una mancha en el mapa que crece como una ameba.
6
En los edificios de un barrio de Caracas
engordan tanto los cochinos en los baños
que un buen día no pueden salir.
Allí los matan y los vecinos
han aprendido a distinguir
entre el llanto de los niños
y la agonía de los cerdos.
-Rafael Arráiz Lucca
(Hispanoamerican Clips. Fragmento)
La vida lenta de Caracas
Decir que Caracas respira apurada es un espejismo.
La ciudad está llena de gestos calmos:
La mujer que desgaja una mandarina mientras
ordena sus amores.
El anciano que silba un rancio bolero mientras pierde la vista.
El niño que cuenta, impasible, las hormigas en la cocina.
Dos hombres que domestican el silencio del ajedrez
en mitad del boulevard.
Un bostezo en plena autopista.
Alguien que abre un regalo al borde de una esquina.
La calcinante ejecución de un poema.
El taxista que dormita a la sombra.
Una caricia, una interminable caricia en las sienes.
Un hombre que sangra morosamente en la tina del baño.
La vida lenta de Caracas.
-Leonardo Padrón
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En el intersticio de los asientos
una morena lee un instructivo
para emigrar a Barcelona.
Pavese en mis manos
da vida a los árboles
en los torrentes del Po.
Por debajo del puente Veracruz
pasa un río también.
A los lados del puente Veracruz
también hay árboles
sujetando del infinito a la ciudad.
Caracas también es una selva,
al Ávila y a mí nos gusta la residencia
y a veces nos encontramos
y a mí siempre se me olvida decirle:
quiero verte aparecer sobre edificios,
tocando cielo,
rompiendo nubes,
hasta que muera.
-Daniel Pratt
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Caracas tiene el lenguaje íntimo de la cuadra,
de los encuentros de esquina,
de la trama de calles
de las secuencias uniformes de plaza.
-bf27
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Casa de ciudad
Al fin termino por entender
que yo amo esta ciudad hasta la rabia:
es tierra y abono para la nostalgia.
Benditos constructores que no dejan ni una casa,
amadísimos urbanistas paisajistas
que siempre cambian los bancos de las plazas
(nada conserva su nombre
y lo agradezco de todo corazón),
que nada se acerque a la eternidad,
que la ciudad que yo conozco
no la conozcan mis hijos,
que nunca rodemos por la misma calle,
que la nostalgia se construya todas las quincenas.
-Rafael Arráiz Lucca
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Caracas suplicante
Ahora Caracas tiene otro nombre
El Ávila ya no se llama El Ávila / sus montañas
La Francisco de Miranda existe en una manzana / sus calles
sus edificios
todos los lugares cambiaron
el bohío se cerro hasta nuevo aviso
Los Caobos me esconden en las noches
y Plaza Venezuela me agrede y me agrede.
Ahora Caracas se abre y se cierra
con mi violenta incursión
con el roce del tacto y la lengua
para enseñarme sus entrañas
y pedirme que la quiera.
Ahora Caracas tiene otro nombre: Destierro.
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ARRÁIZ LUCCA, Rafael. Antología Poética.
Monte Ávila Editores. Caracas, Venezuela 1999
LASARTE, Javier. 40 Poetas se Balancean
Poesía Venezolana (1967-1990). Antología.
2da. Edición. Fundarte. Caracas, Venezuela 1994. Pp.141
MONTEJO, Eugenio. Trópico Absoluto.
Fundarte. Caracas, Venezuela 1982. pp. 25
PADRÓN, Leonardo. Tatuaje.
Grupo Editorial Eclepsidra. Colección Vitrales de Alejandría.
Caracas, Venezuela 2000.
PADRÓN, Leonardo. Boulevard.
Cincuenta de Cincuenta Ediciones. Serie buenos Conocidos.
Caracas, Venezuela 2002.
Gracias a Marianery Amín por fotografía de la Iglesia La Divina Pastora
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