Microfilm de la transparencia para Hanni Ossott
-Marcelo Seguel Bon |
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Proyecto Ossott (del país de la pena).
Acabo de leer; el sol me quema, incendia mi piel, ilumina mis ojos.... Pero cómo lo lograré entender ?. Tantas veces lo he leído que no sé si la imagen de una playa transparente en la transparencia existió o la soñé. Somos la intemperie o estamos bien muertos. Las palabras nos revelan el vacío. |
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El circo roto
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In memoriam Hanni OssottJunto a esta taza de chocolate, a 57 años de tu nacimiento y cuarenta y tantos días de tu partida, desde el reino donde la noche se abre, en presencia de tu imagen, en disolución, templanza y vida, fulges en el cielo, tu arco grande. En la experiencia de revelación la realidad se deja estar. Ella dicta ahora la palabra. Poesía es atender la realidad. El atender nos decías es un cuidar, y es advertir. El poeta se ocupa de la atención. Por eso tu presencia ocupa el rato de este insomnio. Celebramos tu vida aparatosamente lunar entre nosotros. Contigo y con Rilke creemos en la noche. Construimos a Dios, desde las oscuras horas del ser. Aun cuando no queramos: Dios madura. Él sabe que siempre llega uno nuevo para construirlo. Desde las bridas del sueño, nos confirmas que sólo hay que cuidar, vivir, resistir, sobrevivir. Fundar el mundo. Hacer la noche. Templar el habla, el error, la errancia, el esplendor. Desear la noche. Hacer claridades. Hacer fecundidad. Definir la penumbra. Rescatar al hombre de los pantanos del ser. Poner riendas a la propia locura. Convertir el delirio en razón. Curarse de su Noche. Vigilar la casa del ser. Vivir absorto, en la luz asombrada. Hacer que las cosas sean, se abran espacio y se instalen en nosotros. Despertar el mundo. ¿Dónde tu errar y nuestro errar dónde? ¿Dónde ahora la mirada, sobre qué pozos esta lejitud? ¿Qué maridad puedes darnos, qué esencia, qué grano? ¿Tu corazón en qué centro estará, dónde? Eres temblor de estrella y nosotros tan lejos, esperando el golpe inminente, el hachazo... ¿Dónde estás? ¿En qué punto del universo, en qué centro? ¿Dónde gravitas? Eres el milagro en el desierto. Una hora al borde del día. Pasión y luz. Una ruta, un camino. Lo grande, lo inmenso, lo grave, con los ojos clavados en sagrada celebración, desde la gran vasija del alma. El porvenir, el retorno, el regazo, el mar, la plenitud, la aurora... Vigila. Haznos guardianes de tu sombra. Conserva el resplandor de lo fluyente. Recobra la vida desde el fondo de la muerte. Sálvate. Redime la realidad. Redímete. Canta a pesar de la fuga. Retén instantes. Recoge. Atesora. Ten la imagen. Conquista espacios. Despliega la palabra. Haz presencia y presente. Expresa la manera en que los seres mueren o se abrazan levemente. Sigue siendo a pesar de los desgajes. Vive el morir. Suda tu Noche: destino, carne, cuerpo, barro. Racha de luz: fuego, incendio, brasa, quemadura poesía de alma herida ensánchate como un traje de fiesta sobre las cosas pensativas... Dale, Señor, a cada uno su muerte. Tan sólo el canto celebra y santifica. ¡Sé eterna! ¡Sé tuya! ¡Sé la copa sonorosa, la que se rompe cuando suena! ¡Acaece! ¡Vive tu vida, tu maduración, tu reino! Esparce tu semilla, fertiliza el verde de la hierba. Sujétate. Húndete en lo verde. Agárrate como un árbol a la tierra. Aquiétate. Sé una sola mirada hundida. Tunda el viento las orlas de tu risa. Tensa la cítara de Dios. ¿Hubo Dios en esa quebrazón de galletas celestiales? Deja que muerda tus estrellas, tus nubes, tus noches olorosas...
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