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Perdida toda memoria |
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No creo en la posesión -Beatriz Alicia García |
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Ofrendártelo Todo -Antonio Alvarez Bürger |
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Seres perfectos nos observan -Ana Beatriz Corona Calcaño |
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Me hiciste saber que
al regresar en la tarde del liceo podía llegar a tu casa A hacer juntos todo lo que hacían tu hermana y su esposo quienes llegaban del trabajo en la noche hora en la que yo estaba entrando a mi casa a ser niño de nuevo después de haber sido tu esposo |
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Por preferir -Beatriz Alicia García |
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Si Superman perdió sus poderes -Alejandro Graziani |
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Como la mutilación del árbol de caucho -Alejandro Graziani |
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Imaginary Paintings
para Yoko Ono -Beatriz Alicia García |
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Nostalgia eterna Mientras la brisa me sacude en medio de la oscuridad confío en la extraña mezcla de vivencias pasadas, la inercia presente y las creaciones futuras... Ya no tengo necesidad de rebatirme en medio de esta humanización solo me dejo invadir por ese azul tuyo tan exquisito que se apropia salvajemente de mi alter ego... Como oponer resistencia? si te he estado esperando en medio de esta nostalgia eterna, atemporal... -espiral espiral |
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Canción del plagio del espejo Perdóname, tú, que no te haya matado a tiempo, en las noches de tu insomnio, porque no se puede plagiar la sombra, ni la lengua, ni el prepucio, ni siquiera el semen de la costilla derecha donde duermo. No se puede copiar la polilla de los puentes, ni el avión qu'estalla a mitad del vuelo de la media noche, ni la media noche del cieno do los peces te vulvan el corazón oscuramente. No se puede plagiar tu jeringuilla que clava la vena de Dios en los trenes de las últimas horas, o en los baños de París a media tarde... ¡Despierta, tú, oh, cretina del alma mía! Levántate y lávate entre las piernas tu día de fiesta, porque una copa que parte el labio no se puede plagiar, ni se puede soñar, ni se amanece en las discotecas de los zombis que te miran al espejo. No me preguntes más, quién soy, ni cómo vivo, porque si Angel Ceniza me llamo, ¿cómo plagiarás, tú, ¡oh hetera eterna!, la pavesa que fui antes de ser yo mismo? Es imposible ser sincero y no matarte, cuando rebuscas las sombras de alto voltaje de mi alma nympha, sedienta de Dios, porque antes que tú viajaras, viajaba yo con el nombre de Yvánulises en el alma, y sirenaba yo el límite del mar en todas las lunas (ávidas) de monjas lilas, o añejas, prehistóricas que forman rosas de fuego en las fronteras de tus labios. No se puede plagiar el sieso de la muerte, ni el ojo del agua del viento, ni el ojo de las niñas, abierta rosa al céfiro, o rosa aberta al sátiro, vulvas rotas, cosidas con hilo roto (laberinto de Dios do el Minotauro se masturba). ¿Cómo entonces plagiarás el semen de la muerte ajena en el púlpito de los sacerdotes suicidados? ¿Cómo plagiarás el zoospermo del fuego de Dios cuando rezo a media noche alucinado de ángeles y muertos y presencias? ¿Quién se ríe entonces de la amargura de mí mismo? Levanta el zoquete, tonta, contra el viento de la luna y reza duro hasta sudar tu sangre de periodo: luna roja del alma en el dolor de mi estómago. Y flagélate, cilíciate, clávate, agújate, vídriate, espéjate, fálate, látate, aráñate, desvírgate, cástrate, víbrate, carímbate descúlate, látete y grápate una vez más hermosa, eternamente, pero no puedes tocar con manos falsas los poemas sagrados de la muerte. Perdóname por no haberte asesinado a tiempo, pero las rosas delicadas, del cielo que me sueña, ojo mío que me mira en la belleza me ha seducido fatal en la mujer perfecta que no existe. ¡Oh, io navego como una sombra contra el cielo¡ Una sombra añeja, jorobada, sedienta, que debió matarte con las agujas mohosas con que me limpio el orificio del pene do Venus se contempla aún darianamente en tu belleza. Perdona, tú, sedienta, los peces que navegan en las rosas. -Yván Silén: |
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