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Sospechosos
Hace poco tomé un tren que iba de Bélgica a Francia. Al entrar, como siempre hago, miré a los ojos a cada pasajero, solo una señora me veía y no dejaría de hacerlo por un buen rato, una mirada interrogativa. En el vagón sólo nos encontrábamos dos personas no blancas, a saber, un muchacho que cargaba bajo el brazo la edición del día de “El País”, un número de la revista francesa “Le Vif” y un periódico de tipografía árabe, y este servidor, de pasaporte venezolano y chocolates en el morral. El tren arrancó y apenas cruzamos la frontera, sin sorpresa, ví a la señora levantarse y mostrar sus credenciales. La acompañaban otras tres personas que francamente, no sé de dónde salieron. No portaban uniformes. A todos le pidieron su pasaporte y su pasaje, así que conservé las esperanzas de que fueran controladores de ticket, pero no, eran lo peor que le puede pasar a un turista latinoamericano: oficiales de aduana. Tal como lo esperaba, uno de ellos se me acercó y pidió abrir mi morral y me preguntó si llevaba cargamente ilegal. Le pregunté si el chocolate seguía siendo legal. Sonrió un poco y siguió revisando. El muchacho árabe corrió con peor suerte, además de dejarles revisar su ropa, su morral, responder que el pasaje lo había pagado él, verlos desordenar sus periódicos, se lo llevaron a otro vagón y no regresó sino una buena media hora más tarde. Molesto, está demás decirlo.
Nadie más sufrió esta humillación en el vagón. Sólo el latino y el árabe. Probablemente nuestros compañeros de vagón hayan considerado el espectáculo una injusticia, pero ninguno se levantó a decir que todos los hombres somos creados iguales, como les gusta decir en los congresos y reuniones de la Comunidad Europea, y que nos revisen a todos, porque yo también puedo cargar una bomba en la maleta. Nadie hizo más que susurrar. Más de uno habrá susurrado una acusación.
Durante el duodécimo mes del calendario islámico se celebra la fiesta del Hayy, durante la cual, quienes pueden, peregrinan a Meca. El resto es Discovery Channel y turismo de aventura. Los que no peregrinan, generalmente disfrutan de vacaciones, por lo que en las principales ciudades europeas, durante una semana, gran parte de la población está libre mientras la otra sigue ocupada como de costumbre.
Este año, un periódico holandés señalaba que en cierto multicine de Amsterdam habían “aumentado la vigilancia debido a la celebración de festividades musulmanas”. Me imaginé lo que pasaría por mi cabeza de leer que redoblaran la presencia policial algún cinco de julio en las calles de cualquier parte del planeta a manera de prevención, porque los venezolanos son muy bochincheros y es mejor evitar problemas y me dio por la ira y entendí de repente a la gente que se radicaliza y se va por la mala.
Una academia de idiomas belga, especializada en la educación de adultos y la enseñanza del holandés como lengua extranjera, realiza un examen de admisión disponible para todo aquel que siente una base en el idioma de Flandes y no desea comenzar en el “mi nombre es...” Una de las preguntas del examen propone que Carmen Peeters desea trabajar y puede hacerlo en un horario determinado. Dos anuncios de prensa se anexan a la pregunta. En ellos se describe el trabajo y el horario y Carmen debe decidir ante qué aviso reaccionar. Ambos avisos buscan una “Poetsvrouw”. Vrouw significa mujer. Poets, escoba, cepillo. Incluso a primera vista, la pregunta es humillante. Provoca responder: Opción C: Carmen Peeters no responderá ninguno de los dos, porque es licenciado químico. Se asume de entrada que se le debe enseñar a la gente algo que les sea útil y como consecuencia se enseña como se dice barrendera.
¿Desaparecerá algún dia el racismo disfrazado de seguridad de estado? ¿Cuánto tiempo deberá pasar antes de que se deje de ver la multiculturalidad como una amenaza? ¿Cuánto tiempo más tendrán que soportar los extranjeros en un país el ser vistos como la servidumbre oficial? ¿Será que algún día la gente despertará y dirá que no está de acuerdo con las desigualdades que proponen sus gobiernos, o seguirán disfrutando de la cómoda complicidad por siempre?
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