CDNOW



   

Sobre algunos booklets para discos
de Keith Jarret y Elvis Costello
(Más allá de los libros, primera parte)

-Jesús Nieves Montero
<[email protected]>


Tenía ganas de probar esto. ¿Hace cuánto? Dos o tres columnas atrás. Pero tal vez el año nuevo trae dosis de osadía y aquí estoy.

La literatura no se encuentra sólo en los libros. Hay gente que vendrá (creo que es la segunda vez que lo coloco así en una columna, ¿megalomanía o paranoia?) con una sarta de clasificaciones de géneros y subgéneros, tesis y antítesis, liberalismos y conservadurismos que podrían refutar esto. No comencemos el año peleando, digamos entonces que el germen potencial de la literatura se encuentra también "más allá de los libros".

Sobre los booklets bastará con recordar que son los acompañantes de los discos, esta especie de folletos que contienen la carátula y alguna información adicional, que no en todos los casos es una versión soft core de playboy que nos muestra a Manterola, Paulina Rubio o Jennifer López en poses múltiples o nos permiten saber las letras de las canciones, a veces hay "algo más", casi siempre del artista o de sus colaboradores, en la cual se deja constancia y complemento de la música propiamente dicha y sus circunstancias.

Quiero comenzar con uno de Jarret, que es la desnudez total. En "The melody at night, with you", el pianista norteamericano olvida las acrobacias acostumbradas, la inquietud del intérprete que gruñía y gemía mientras improvisaba melodías para convertirse en una versión instrumental y sofisticada de los serenateros mercenarios. Jarret avanza por canciones tradicionales norteamericanas como "My wild irish rose" y "Shenandoah" al Ellington de "I got it bad and that ain't good". Lo hace con calma, con el afán de perfección de quien arregla relojes. La cuestión es que el disco es la primera grabación de Jarret después de haber sido diagnosticado con el síndrome de fatiga crónica, condenado a un reposo absoluto y alejado de su fuerza principal, la música. Cuando sintió los primeros síntomas de recuperación puso cuerdas nuevas al piano, pensó en hacer un regalo a su esposa, organizó una sala de grabación en su casa y comenzó a trabajar en el disco. Para toda la magia, la placidez que irradia el disco, un texto muy cargado en el booklet desentonaría, de allí que las únicas palabras son una dedicatoria a su esposa, y esas letras sobre fondo azul celeste resaltan y hacen que uno se pregunte si no están bordeadas por un libro entero: "Para Rose Anne, quien escuchó la música, y luego la trajo de vuelta".

Violento es entonces el cambio para hablar de Elvis Costello. Para el tiempo de "Extreme honey", una compilación de éxitos con la cual rompe su compromiso con Warner Brothers, el cantautor británico desea poner un punto y aparte para recomenzar en un nuevo párrafo. Sin embargo no lo hace con desgano sino que llena las páginas que acompañan las 18 canciones con una especie de diario de travesía de todos los momentos que rodearon la grabación de las canciones. Habla de la experiencia de escribir con Paul McCartney, la influencia musical de Richard Harvey y el Brodsky Quartet, la experiencia de cantar junto a Tony Bennet, del comienzo de los problemas con su banda y su disquera.

Pero lo mejor se encuentra en las últimas líneas. Costello habla del futuro, la consolidación del dueto con su tecladista Steve Nieve, el disco que preparaba (lanzado en 1998, "Painted from memory") con Burt Bacharach. Agudamente, sobre la gente de Warner Bros. afirma: "Allí, las buenas personas saben quienes son, los malos saben donde vivo". Y para que no queden dudas acerca de su continuidad, la última oración reza: "Pertenezco a la tercera de cuatro generaciones músicos en mi familia. No imagino que me vaya a detener ahora".

Finalmente, para esta entrega (porque lo estoy disfrutando y seguro voy a continuar en próximas columnas) vuelvo a Jarret. Este es un booklet especial, acompaña a la caja de seis compactos que recogen su actuación en junio de 1994 en el Blue Note. Viernes 3, sábado 4, domingo 5. Primero y segundo set para cada día. Hablar de la música es complicado porque Jarret explota en estos discos. Toca composiciones propias, las hace y deshace con autoridad, aborda a Ellington en "Thing ain't wthat they used to be", dos veces, y arma, junto con a Gary Peacock (bajo) y Jack deJohnette (batería), una atmósfera que hace olvidar que el concierto ha quedado muchos años atrás y uno no está en el club sino en su casa escuchándolo. Incluso el final, una versión de "How 'bout you" (qué pertinente, el principio de la letra dice: "I like New York in june, how 'bout you?"), es una especie de marcha triunfal. Ningún acompañante de los discos podía desmerecer tanto derroche artístico, así que Jarret escribe, habla a los aficionados, músicos profesionales y a sus compañeros de trabajo en el disco. Con su reflexión me despido y a mis amigos lectores, aparte de desearles feliz año 2003, les pido, cambien en el texto siguiente las alusiones musicales por literarias y cuando vean que encajan bien, sin necesidad de adaptadores ni traductores, súmenlo como evidencia de lo comentado en el primer párrafo. Con ustedes, Keith Jarret:

Un músico profesional sube al escenario esperando tener una cita (rendez-vous) con la música. Él o ella sabe que la música está allí (siempre está), pero este encuentro depende no sólo del conocimiento sino de una disposición abierta. Debe ser aceptada, reconocida y revelada a los miembros de la audiencia, el primero de los cuales el músico mismo. Este reconocimiento es la parte del proceso que genera mayor cantidad de malentendidos (incluso entre los músicos). Se trata de discriminar entre el patrón mecánico, para cambiarlo por gozo, el hábito por la sorpresa, el fácil virtuosismo por decir más con menos, la emoción ligera por verdadera energía, la estasis por el fluir, la precisión militar por un pulso táctil. Es un intento, una y otra vez, de revelar el corazón de las cosas.

Quiero agradecer a Jack y Gary por compartir este compromiso por más de una década y por entender que los únicos standards que merecen ser compartidos son los más altos".

   
     



¿Está de acuerdo con Jesús o no coinciden? Visite el foro de libros de Panfleto Negro haciéndo clic aquí