Días de Combate
Hay quien desea haber nacido en otro lugar. Algún otro, considera aceptar la cordial invitación a marcharse proferida por un perro rabioso que se relame de gusto sobre el cadáver destripado del Padre de la Patria. ¡Temblad! ¡Temblad! Repite la jauría con la mente embriagada, al compás del traqueteo de sus propios esqueletos. Cenicienta, descalza, cree haber sido aceptada de nuevo en el castillo donde habitan los niños insomnes y del que huyen las concubinas hastiadas de tanta alharaca trepidante. ¿Quiénes son ahora los príncipes? ¿Quiénes los mendigos? ¿Quién el ogro? ¿Será que nos han engañado de nuevo? Ahora el gusano se come a la gallina. La liebre persigue al perro y le impone una sentencia de muerte. Es Satanás apoderándose de nuestras almas. Nos dicen que es imposible el asalto al palacio, última guarida del dragón apocalíptico de las siete cabezas que lanza coletazos contra todo lo que disienta a sus caprichos. Veo estas imágenes y me veo a mí mismo retratado en la inmundicia. Soy consciente del tiempo perdido. Agito con fuerza la bandera, pero los disparos pasan cada vez más cerca de mi cabeza.
|
||||||
Principal...Poesía...Azares...Descontento...Escritos...Viajes...Fotografía...Tedios...Ciudad
Especial...Libros...Asomes...Música...Cine...Punto de Fuga...Melancópolis Contacto...Links...Archivo...Foros |
||||||