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Sobre “Cómo hacer infinitamente feliz a una mujer”, de Luis Chumaceiro

El mentado Luis Chumaceiro

Hubo una vez un filósofo que dijo que el hombre era el hombre y su circunstancia; yo, en analogía simplificada digo: el libro es el libro y su autor.

Había una vez un abogado y profesor universitario llamado Tulio Álvarez. Aparte de su actividad profesional ha estado ligado a la administración pública ocupando, por ejemplo, el cargo de consultor jurídico del Palacio de Miraflores en el segundo gobierno de Caldera. También ha defendido causas ambientalistas

Especialista en Derecho Constitucional, quiso formar parte de la Asamblea Nacional Constituyente que se instaló en Venezuela en 1999, pero no pudo si quiera llegar a ser postulado ya que un error en su partida de nacimiento en la cual aparecía como Julio Álvarez provocó la anulación de las firmas que le permitirían ser candidato. Sin embargo, Tulio/Julio aprovechó el proceso constituyente para extraer de allí un libro: “La constituyente. Todo lo que usted necesita saber”.

Según artículo de Armando Coll publicado en la revista Exceso, sobre Tulio Álvarez se ha dicho:

 “Tulio Álvarez es una ficha de los golpistas”. Fabián Chacón, alguna vez abogado privado del ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías.

“Pocos son los tipos que tú puedas encontrar tan independientes como Tulio Alvarez”. Fuente no identificada.

“Es un tipo que sale a la calle a hacer las cosas que él hace, que requieren de arrojo y audacia, pero está siempre viendo a qué hora va a regresar a su casa, a la paz del hogar, a los brazos de su esposa y sus dos niñas. Es muy doméstico, de hábitos, muy sistemático y en el fondo muy conservador.” Amigo cercano.

Sin embargo, se menciona también que como escape, se presume que el Dr. Álvarez tiene una sombra, “un tal Luis Chumaceiro, articulista de El Nacional, que Álvarez prefiere llamar amigo o socio.”

Por su parte, el propio Chumaceiro en su libro apunta: “Los hombres sometidos acuden a los más disímiles mecanismos para rebelarse: unos buscan amantes dóciles y vacías... algunos, muy pocos, protegidos por un seudónimo, escriben en serio sobre las mujeres, en las páginas de humor de los periódicos.”

¿Tulio/Julio/Luis?


Survivor

De cualquier manera, “Cómo hacer infinitamente  feliz...” es un libro múltiple. Se podría decir que está escrito en tono de humor (se alude a la Pontificia Universidad de Carúpano, se ridiculiza a la mujer, al hombre y a la vida en general), pero igualmente contiene artículos de carácter casi académico acerca de la mujer en la antigua Roma, el Arte de Amar de Ovidio, fragmentos del Código de Hammurabi que se nos presentan como vínculos con la posible “identidad secreta” de Chumaceiro como jurista.

Es una obra, en cierto modo, anárquica, de hecho, el propio Chumaceiro comenta: “no tiene capítulos, partes, ni nada que se le parezca.” Pero hay ejes temáticos identificables. Por ejemplo, se encuentran los consejos que conforman un manual de supervivencia para el hombre. Se nos explica que “el mejor consejo para sobrevivir con una mujer imposible, es nunca confiar en ella. Nunca le digas toda la verdad, mejor aún, nunca le digas la verdad...”; y se especifica que las mujeres imposibles son aquellas que “sólo disfrutan con el sufrimiento de los hombres y los actos de maldad contra ellos. Las hay de todo tipo: ambiciosas, traicioneras, locas, enfermas, asesinas, infieles, malignas, algunas son casi hombres.” Se advierte que “toda malicia es leve  comparada con la malicia de una mujer” y que “la brujería y el arte de amar se conectan en algún punto recóndito del alma femenina.”

Acerca de la parte operativa de las relaciones con las mujeres se expone la teoría de los ciclos debitales, la cual consiste en un método para poder organizar los contactos íntimos con las parejas legales y las amigas/amantes/resuelves basándose en sus ciclos menstruales, de tal manera que se utilicen los días del período de una para estar con la(s) otra(s). También se expone como dogma la mentira: “mientan siempre, como un atleta que se entrena para participar en las olimpiadas. Cuando estén tentados a decir la verdad, sólo callen.”

Acerca de las motivaciones del matrimonio se afirma que es preferible el matrimonio por interés respecto al matrimonio por amor ya que  “todas las pruebas demuestran que el amor se pierde mientras que el interés se mantiene en el tiempo”.

Sobre la infidelidad hay múltiples observaciones, comenzando por la ubicuidad de dicha práctica: “¿Conocen a un hombre fiel? Por supuesto que no; lo más que puede pasar es que conozcan a buenos mentirosos, primeros actores.” Se recuerda que “un hombre infiel debe actuar como un conspirador que desconfía de sus hermanos del alma: no contar nada...” y que “los olores del amor no se pueden ocultar”, por lo cual hay que cuidarse de perfumes y aromas femeninos, así como jabones de motel.

Tan completo es el manual que tiene sus planes de contingencia, los recursos disponibles cuando se ha cometido un desliz. Entre estos instrumentos tenemos la hipocresía la cual “es el peor de los defectos que puede tener un ser humano. No obstante, se convierte en virtud cuando se está ejerciendo el sagrado derecho a la defensa”; la sabiduría heredada del autor por parte de su madre  “cuando no seas el más fuerte, trata de ser el más fino”; y cuando de achaques morales se trata, asumir que “no hay remordimiento de conciencia que no se quite con un buen duchazo”.

 

Woman on top

Pero el delirio machista es la otra cara de un constante homenaje a la mujer, el cual, muy racionalmente, va atravesando etapas de desarrollo.

Están las verdades generales del tipo “el enigma más grande en la historia de la humanidad es cómo satisfacer a una mujer”. Los argumentos razonados, como cuando se refiere que “siempre las mujeres pasan desapercibidas o son subvaloradas en las conspiraciones de poder aun cuando son la principal causa de disputa.”, verdad (agrego yo) que está más que comprobada en Venezuela en un árbol que entronca, por nombrar solo a tres, a Manuela Sáez, Cecilia Matos y Blanca Ibáñez.

También en este homenaje hay momentos de resignación “con las mujeres, en todo momento, tenemos las de perder”. Y de erudición cuando se cita a Michelet quien dijo: “La mujeres saben muy bien que mientras más obedecen, más gobiernan.”

 

Walking on broken glass

El libro comienza auspiciosamente para el género masculino cuando bajo el nombre del autor leemos su “título”: El hombre que llega al corazón de las mujeres. Además, se tiene la sensación de revelación de secretos valiosos cuando también revisamos en las páginas preliminares que se prohíbe la venta del libro a mujeres mayores de 10 años. También se experimenta el incremento de autoestima cuando nos vemos reflejados en la máxima: “¡Cuánta maldad hay oculta en un varón sediento de amor!”.

Pero después de acompañar al autor en la travesía de consejos, asesoría y reflexión nos encontramos con una frase que nos devuelve decepcionados a la realidad: “sacrifiqué el disfrute de la variedad por la garantía de mi integridad física” y rápidamente olvidamos todos los planes que pudimos haber ideado. Así que nos volvemos monógamos devotos, lo asimilamos y comenzamos a enumerar las ventajas que esta conducta tiene frente a los múltiples problemas, gastos e incomodidades de cualquier otra situación.

Y lo hacemos hasta con entusiasmo porque el libro, para ser justos, siempre fue honesto, bien dice: “Cada quien debe conformarse con su suerte y ella, la suerte, es una mujer”. Una sola, según muestra la evidencia.