En Mayo, permítanme un instante para honrar y reconocer

-Yadelcy Hamber Machado
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A ella, realmente, no le gusta cocinar y prefiere hacer millones de cosas antes de ponerse a sazonar cualquier alimento. Y para como lo hace es preferible su abstención. Cuando bromeamos con eso, siempre comenta: -Si claro porque ustedes crecieron y tienen esos tamañotes (mirando que soy la mas alta de todos) porque yo no cocinaba sabroso-. Solemos mirarnos de soslayo ante tan mala excusa y sonreímos con picardía.

En Marzo la operaron. Tenía una dolencia vesicular que se tornó crítica y hubo que internarla casi de emergencia. Con sus vaivenes energéticos, en razón de nuestros nervios e inexperiencia, todo salió bastante bien. Fue un susto tremendo. Nunca enferma y de repente directo a quirófano. Entre la sorpresa y la angustia enloquecimos repentinamente (asunto muy fácil entre los míos) Su reposo generó el caos que se produce cuando una persona se vuelve imprescindible para muchos. No dábamos a basto para preparar todo lo que ella hace con simpleza sorprendente. En esos días, lágrimas escondidas, suspiros callados y temores a flor de piel acompañaron nuestra travesía. Terrorífico pero sanador porque hay que aprender a amar y valorar a las personas siempre y en todo momento. Cuando partan a su siguiente destino estaremos repletos de buenos recuerdos y una tristeza pacífica ante su ausencia.

Mi Madre, es una típica Acuariana latinoamericana. Es decir, es amor incondicional a borbotones. Sé lo que es el amor que no exige nada a cambio por el afecto que mamá me profesa. Una amiga-madre; me ha dado todo lo que ha podido y se ha esmerado en seguir procurando lo que cree que no tiene. Se casó con un Leo (papá) y es la única que logra resistirlo ya que tiene el temperamento masoquista para eso. Creo que abarcan más de medio siglo juntos (o por lo menos están próximos a cumplirlos) (y aunque lo intentes no podrás sacarme la edad, ¡¡¡te falta información!!!) La idea de la vida-matrimonio ha sido la única que la ha apoyado desde el año en el cual se unieron.

Ordenada muestra siempre, una casa como una “tacita de plata” (salvo cuando se enfermó). Le encantan las matas de flores, se apasiona por los helechos y mantiene el hogar como un pequeño bosque. También ama a los animales. Han pasado por nuestro hogar serie tras otra de perros machos y hembras a los que ha cuidado con el mismo esmero sobre protector que lo hizo con mi hermana y conmigo. Después que ambas nos fuimos (mi hermana con su esposo y yo a vivir independiente) empezaron a “llegarle” los animales, perros de acá o de allá han tocado sus puertas respondiendo de seguro al olor amoroso que expide. Después de una de esas aventuras (un Pastor Alemán enfermo de epilepsia que murió casi en sus brazos) decidió no tener mas animales, sus palabras textuales fueron: -Eso me dolió mucho y quiero descansar. Los animales solo dan obligaciones, ningún placer-. Como siempre, todos asentimos en apoyo y respeto a su decisión. Dentro de mi conté los días para que tremenda resolución durara. Creo que fueron solo 6 meses. Ahora hay en la casa de Valencia: una pecera con cinco pececitos, una tortuguita, mi loro (que nunca se ha ido) y una perra de raza siberiana que tiene un ojo marrón y otro azul... ¡Lo sabia!.  Me enfrasqué en comentarios de pelea por tres días; después, me quedé quieta. A la vuelta de los años he comprendido que ella (un comunión con papá) son una especie de “sanadores de animales” y los seres con el privilegio de llegar a casa es porque se han “ganado” una vida de descanso que el “spa perruno” del hogar de mis padres les afianza.

Bueno, ya comenté que le encantan los animales, las matas y es un poco maniática del orden. Sin embargo es muy dispersa y le cuesta mantener atención en una sola cosa por mucho tiempo. Es inteligente y la considero una de las personas mas cultas que conozco aun cuando no haya estudiado ninguna carrera universitaria. Sabe mantenerse al día con la información y a veces es consulta obligada ante alguna palabra que pueda confundirme. Comentó una vez, después de haberme iniciado con la locura del Confesionario, que había participado en el periódico de la escuela con varias entregas e incluso lo editó, ¡OH sorpresas!!.

Lo anecdótico en mi hogar fue que mis padres se enamoraron y “empataron” por carta (¿?¿¿¿¡¡!!!). Para cuidar a una hermana que residía en Puerto Cabello, mamá se trasladó desde La Guaira, ciudad de origen de toda la rama familiar. A papá ya lo conocía y en virtud de su ausencia,  comenzaron a cartearse durante el tiempo de su viaje. Fue así como la pidió en matrimonio (¡qué romántico¡) Creo que en ese momento decidí ser la hija de personas que ejercían, de forma muy modesta, la profesión de escritores (ja, ja, ja).

Considero que mi mamá es una persona muy leal. Es fidelidad a toda prueba. Como Penélope, sabe donde poner el fuego y el calor de su amoroso lar y además mantenerlo vivo por el tiempo que sea necesario.

Como se puede entender amo a mi madre con mucha profundidad y los cuestionamientos que tengo respecto a ella (y ciertamente los tengo) son pocos pero radicales.

Al volverse esposa y madre sublimó todo lo demás. Se entregó por completo al quehacer materno y encerró sueños que dejó de lado cuando papá comenzó a criticarla exageradamente (cosa habitual en él) o le negó el suministro económico que la situación requería. Esta especie de “castración” ha dejado sus huellas aun cuando se sienta muy feliz como matrona; y quizás el meollo del asunto sería que dejó (a sus hijas) sin la referencia básica para ser las mujeres totales que las nuevas generaciones queremos ser. No critico la idea del matrimonio y sabes (porque es un asunto de conocimiento público-nacional) que busco pareja, no para casarme pero si para extender en el futuro mi existencia pero sé que hay dentro de mi un cúmulo de aspiraciones que no se detendrían por la empresa “esposo e hijos”. Casada, tuerta, con 8 hijos (¡¡¡hey no tantos!!!) acá o en el extranjero, no podría dejar de escribir y tampoco quiero hacerlo porque es algo que va conmigo y a lo que no pienso renunciar. Creo que el sacrificio de mamá (y de muchas mujeres latinoamericanas) en pro del futuro de su progenie, si bien es de la energía materna nos dejó sin modelo para evolucionar en mujeres mucho mas complejas... completas... un SER que cree posible el tenerlo Todo, lo QUE AMO SER UNIDO A CON AQUEL CON QUIEN AMO SER y aunque a veces se me confunde la visión estoy aprendiendo a relacionarme con la idea de la totalidad... SER Y TENERLO TODO...

La condición femenina que lleva la etiqueta de “engendrar vida” no está divorciada de la parte femenina que ha encontrado un oficio que le apasiona hasta mas no poder. Ahora bien, cómo se conjugan y suman ambas (todas) es una tarea que se me va escurriendo entre las líneas de mis confesiones desde hace mas de un año. Puedo ser totalmente independiente y vulnerable a la vez. Se me hace posible cumplir con todas mis obligaciones, responsabilidades y pagos de deudas a tiempo e igualmente ser suavidad y cobijo para mi y los otros.

La condición de maternidad, que algunas religiones representan como “vírgenes” o imágenes santas, son la representación de una energía que es natural. Toda violencia contra esas “manifestaciones” traduce el vilipendio y la intemperancia que se esconde manteniendo como objetivo la energía femenina, y aún mas la posibilidad maternal de “engendrar” y conservar en desarrollo lo creado.

En Venezuela y América Latina hay un ataque constante e iracundo a ésta condición y las féminas aún estamos por aprender la mayor lección de todas y cuya duda ésta sembrada en nuestra psique: SI PODEMOS SER QUIENES QUERAMOS SER y ésta es una verdad tan simple y poderosa que no requiere pantalones o ropa masculina, tampoco cabello corto ni trato adusto o agresivo. Cuando la masa crítica de latinoamericanas, lo entendamos, no habrá que “luchar” o competir como “hombres”, ni contra ellos para el logro de nuestras metas; podremos dejar la guerra secreta, silenciosa, socarrona y competitiva que mantenemos con ellos, haremos el amor con los chicos y seremos amadas y aceptadas en igualdad de condición y al mismo tiempo no tendremos que “mendigarles” espacio, tiempo o dinero para SER QUIENES REALMENTE DESEAMOS SER.

Vaya hasta mi madre, las venezolanas, latinoamericanas y de todo el mundo un saludo honroso ante un que hacer tan digno , solemne, eterno y sin recompensa monetaria que día a día cumplen con su silenciosa eternidad de amor.

 

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